Dictamen
En primer lugar debo ofrecer mis condolencias a los familiares y seguidores de Hugo Chávez Frías quien falleció producto de una penosa enfermedad a le que casi todos estamos ya familiarizados y por tanto concientes del padecimiento que como ser humano sufrió el mandatario venezolano.
A pesar de haberlo combatido políticamente, debo expresar que un líder de su talla no merecía morir en medio de una red de mentiras y manipulaciones llevadas a cabo de la forma más burda por quien pretende heredarlo. Maduro ensució con sus mentiras cobardes los últimos días de Chávez, quedando como un farsante ante la historia. Duró tres meses mandando en su nombre de forma ilegítima, usufructuando un poder ajeno con mentiras ridículas como la sorpresiva conversación telefónica que sólo él tuvo con Chávez en diciembre, o la información de los ejercicios que hacía Chávez en Cuba, o la reunión de más de cinco horas de trabajo.
Mientras Chávez agonizaba, Maduro le mentía al país alimentando irresponsablemente esperanzas en sus seguidores con una supuesta recuperación que nunca fue tal. Incluso el histórico día del anuncio, su puesta en escena fue tan barata que le quitó toda solemnidad y dignidad al momento. Maduro prácticamente predijo al mediodía la muerte de Chávez para luego en la tarde anunciarla con falsa sorpresa. Su ridícula tesis del magnicidio científico también le quitó seriedad a un momento que demandaba un mejor anfitrión. Si Maduro quiere buscar países extranjeros culpables de la muerte de Chávez, tendría que comenzar por Cuba y develarle al país el nombre de los médicos y los tratamientos a los que fue sometido el paciente en suelo extranjero.
Desde el punto de vista constitucional, queda claro que al morir Chávez antes de la juramentación, debe encargarse del Gobierno la máxima autoridad de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello, quien a la hora de escribir este artículo no había aparecido. Igualmente la Constitución es clara al decir que el presidente de la Asamblea debe convocar a elecciones presidenciales dentro de los siguientes 30 días. Lo demás son salidas de facto ajenas a la constitución, como esa “junta cívico – militar revolucionaria” que nos mostró Maduro en Cadena y que nadie sabe a cuál artículo constitucional responde. En cualquier caso, se deben convocar a nuevas elecciones presidenciales, en las que lo más probable es que se enfrente Maduro y Capriles. Que sea el pueblo el que escoja el camino de esta etapa de post-chavismo. O la Unidad Democrática o el Chavismo sin Chávez.
A los estudiantes mi reconocimiento por su valiente y exitosa protesta para que se dijera la verdad como finalmente ocurrió este martes, cesando así la etapa de incertidumbre e ilegitimidad. Los invitamos a unirse en torno a la MUD y a acompañar al candidato único que se elija para asumir el gran reto de generar el cambio deseado de forma pacífica y democrática. La unidad en torno al liderazgo indiscutible de Capriles tiene la capacidad de vencer a un farsante como Maduro, quien tiene mucho que explicarle a los chavistas. No hay tiempo que perder, organicémonos para las nuevas elecciones sin perder el camino andado el año pasado.
Al pueblo un llamado a la calma, en las manos de todos está el futuro del país el cual se decidirá en elecciones. Aprovechen este tiempo para reflexionar sobre los últimos años y el futuro que queremos para nuestros hijos. Tenemos una gran oportunidad para reconciliarnos y superar el discurso del odio y la violencia que nos ha dividido por años, sin que a la larga se resuelvan los problemas de la gente. Catorce años después no hay agua, no hay luz, no hay harina, no hay gas, no hay empleo, no hay seguridad, no hay futuro. Podemos mantener los beneficios sociales que son derechos del pueblo, sin someter al país a una lucha interna. Podemos convocar al pueblo a una etapa de producción nacional para generar empleo y bienestar para todos. Podemos dirimir nuestras diferencias en paz y en democracia, sin copiar modelos autoritarios como el cubano. Podemos vivir mejor.
Chávez decidió lanzarse a una cuarta elección consecutiva a pesar de tener cáncer, con las fatales consecuencias ya conocidas. Murió en ejercicio del poder sin encargar al Vicepresidente de sus funciones como establece la constitución en caso de ausencia temporal, la cual nunca fue admitida. Mientras agonizaba decretó la devaluación de la moneda. Posiblemente haya mandado hasta después de su muerte cuya fecha queda en duda. En tiempos en los que un Papa renuncia y se comienza a hablar ya de alternabilidad en Cuba, no deja de ser digno de reflexión que en Venezuela hayamos retrocedido un siglo con un caudillo que gobernó a todo trance y en ausencia durante tres meses. Lo único que nos separa de una monarquía hereditaria es ese estorbo constitucional de una elección. Aprovechémosla. El país continúa, necesitamos con urgencia un presidente que gobierne.
Caso cerrado, el dictamen final lo tiene usted.
Twitter: @chatoguedez
