#Opinión: Abajo las cadenas, escribamos libertad Por: Betty Rojas de Calderón

Como quisiera escribir al aire toda esta bella poesía que llevo por dentro, dejar en libertad el bonito cántico que nos trae la paz, hablar nuevamente de amor y reconciliación; dejar de contar los días y observancia continua de la fría cabalgata de lo económico y político que nos aqueja, del mal que ha hecho emigrar para siempre  a tantas almas que esperaron por una oportunidad, dejar de lado por momentos las miserias y vacíos de la humanidad…acaso hemos dejado de soñar y confiar…
El alma de un venezolano mucho sabe palpar en medio de tantas voces que en el silencio guardan su malestar, entonces es cuando doblo las campanas de mi corazón y elevo mi alma al señor  suplicándole su tan necesaria misericordia… Muchas cadenas están abordando nuestra libertad, la mentira y el odio se disfrazan y en medio de esa oscuridad muchos,  también han dejado de orar.
Señor que nuestra esperanza no se apague, que la meta de ser justos no se pierda, que el deseo de vernos nuevamente unidos  en la libertad del progreso y sano crecimiento patrio no se desvanezca, que no cesemos de disfrutar los juegos, los paseos, los estrenos   sin tener presente una galopante y desordenada realidad que demanda nuestra serena atención, nuestra lógica y capacidad racional para sin mascaras o sugestión  oscura alguna podamos así afrontar.
La perversidad, y el veneno continuo de una guerra inexistencial, solo creada psicológicamente en la mente del venezolano ha sido totalmente improductiva, conduciéndonos de forma errada  a una falsa buena oferta de vida para todos, donde el dar y la obtención fácil de bienes nos dan una alegría temporal, ni Stalin ni Hitler, Lenin, Marx,  ni aun Fidel con toda su inteligencia política que siempre han buscado distorsionar la existencia de la sabiduría divina impresa inevitablemente en el ser del hombre que cree y espera, pudieron traerles paz y seguridad a sus gentes. La libertad siempre será escrita con el lápiz de la racionalidad, entendiendo que el propósito del bien debe ser  mutuo para todos, y que la construcción de tu casa en gran medida dependerá de ti y de mí, que nuestros alcances dependerán de nuestras sanas capacidades y habilidades, así nuestra pobreza y atraso, puesto que tu cosecha estará sujeta en las manos de lo tu yo hemos Sembrado, si lanzo al viento semillas de mango, soñando con cosecharlos mañana muy  dulces y grandes, posiblemente así serán.
Dios es justo, es bueno, y siempre ha esperado por nosotros; nuestra oración continua tiene sus buenos frutos, escribamos la libertad de nuestro país uniéndonos cada día mas unos y otros, ayudándonos mutuamente en la libertad del amor que Cristo Jesús nos enseña con su ejemplo de vida, caminando siempre hacia adelante, formándonos y educándonos continuamente por un país mejor, donde lo que nosotros  obtengamos mañana, podamos decir con orgullo esta ha sido la retribución de mi empeño, dedicación y constancia, y por gracia de Dios si puedo hacerlo…