Miles de venezolanos aguardaron hasta nueve horas este jueves para poder ver por última vez el rostro del presidente venezolano Hugo Chávez en la capilla ardiente instalada en la Academia militar de Caracas, mientras el país comienza a interrogarse sobre su futuro político ante la perspectiva de nuevas elecciones.
La capilla ardiente del presidente, fallecido el martes, estuvo abierta ininterrumpidamente durante toda la noche, para que sus partidarios, llegados principalmente de los barrios populares de Caracas y del resto del país, pudieran verle.
Durante casi toda la noche llegaron buses con simpatizantes de Chávez vestidos de rojo. Los visitantes tenían que dejar a la entrada sus teléfonos celulares y estaba prohibido tomar fotografías.
«Su rostro era normal, estaba bien presentado», explicó Hibo Parra, de 50 años, que tuvo que esperar nueve horas para ver a un líder que no fue visto en los últimos meses de su cáncer.
La televisión oficial mostró imágenes del féretro semidescubierto, sin difundir directamente en pantalla el rostro del mandatario, fallecido el martes a los 58 años por un cáncer.
«Muy impresionado al verle, me vinieron todos los recuerdos de lo que hemos hecho juntos a lo largo de 14 años gracias a él» explicó Chanel Arroyo, de 34 años, conductor.