Aunque todavía no ha sido concluido el estudio de la imagen de Nicolás Maduro que está haciendo el Dr. Roberto De Vríes, siquiatra y comunicador social, este especialista observa que después de la enfermedad del presidente de la República, Hugo Chávez, el vice presidente ejecutivo ha hecho su discurso más agresivo.
¿Cómo lo describe?, se le pregunta a quien ha desarrollado una intensa actividad en imagen y liderazgo.
-En imagen general de primer impacto, en lo que concierne al aspecto físico, es joven, de alta estatura, lo cual contrasta mucho con Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional.
Es fornido, no llega a ser obeso, ni atlético y su color de piel es normal y común en el país.
-¿Qué modelo específico se aprecia?
-Cuando es analizado aparece como modelo afectivo, lo cual puede predisponer acercamientos de los demás.
El modelo de imagen es lo que la gente quiere que sea y, por lo tanto, que tenga más acercamiento; pero, al utilizar su lenguaje para mostrar su intención de personalidad, surge un hombre que no es nada armónico y afectivo.
-¿Ha cambiado?
-La gente no logra ubicarlo porque tiende a tener dos visiones: una de hombre pasivo y la otra, después de la enfermedad del presidente Chávez, se nota mucho más agresivo que de costumbre.
El común de las personas no lo recuerda tan agresivo, tan descalificador y tan violento con la oposición.
-¿Qué observaciones tiene en torno a esa actitud que ha venido asumiendo cada vez que tiene ocasión de intervenir en un acto público?
-Se trata de un discurso que está nuevo dentro de su personalidad. La mayoría de quienes lo han venido escuchando en el curso de los últimos noventa días, no sabe si Maduro era así anteriormente porque a nivel público no tenía este comportamiento tan agresivo, derterminante e, inclusive, devaluador con los demás que piensan distinto a él.
-¿Lo beneficia en algún modo ese tipo de proceder?
-Este discurso violento y sumamente agresivo hace que su imagen tenga algunos elementos en su contra, porque la gran mayoría de la gente no ve que estuviera respondiendo a la necesidad real de las expectativas del momento.
-¿Será que trata de imitar el modelo que caracterizó al difunto Presidente?
-Maduro no tiene el modelo de Hugo Chávez, que era de alto contenido social y estaba identificándose con los tres grupos étnicos.
El vicepresidente ejecutivo parte más bien de un modelo afectivo y, entonces, cuando intenta volverse muy duro a través de su discurso, se nota que está buscando un nuevo nicho de imagen.
Puede serle conveniente de acuerdo a las recomendaciones según las cuales al chavismo le conviene la polarización, mientras que a la oposición le convendría más bien la identificación entre los venezolanos.
La búsqueda de una nueva imagen
Si Nicolás Maduro sigue las líneas que ha mostrado en su discurso, poniendo mayor énfasis en la agresividad que se le ha visto en todas sus intervenciones, claramente se aprecia que no es la misma persona que se veía antes, manifiesta el Dr. Roberto De Vríes.
Ha experimentado, evidentemente, un gran cambio y la gente ve esto como un proceso de búsqueda de una nueva imagen.
Hasta los momentos es una imagen en transición, observa. Se tenía de él la imagen de un hombre muy solidario, que supo manejarse bien dentro de las altas responsabilidades de los cargos que le correspondió desempeñar como ser cabeza de la cancillería. Pero, después que el Presidente lo nombra como elegible, comienza un cambio en su discurso.
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