Aunque en Barquisimeto no se registraron hechos de violencia, los barquisimetanos sí experimentaron una tensa calma justo después del anuncio de la muerte del presidente Hugo Chávez.
Por las calles lo normal era ver a transeúntes pendientes de su teléfono más que de costumbre. La urgencia por contactar a sus familiares dominaba en ese momento cuando las líneas telefónicas del país “colapsaron”.
La única gran concentración ocurrió en las inmediaciones de la plaza Bolívar, donde seguidores del primer mandatario nacional se congregaron para darle muestras de apoyo.
Ante las amenazas y algunas “bolas” que corrieron sobre supuestos saqueos, los negocios del centro de la ciudad tenían sus puertas cerradas antes de las seis de la tarde. Muy pocos transeúntes se aventuraban a pasar por los restaurantes y panaderías, únicos locales comerciales que permanecieron abiertos.
Lo que sí abundó fueron las “colas”, tanto de automóviles en las gasolineras como de personas a la espera de un transporte público que a esas horas escaseaba.
En un comunicado oficial, Petróleos de Venezuela garantizó el suministro de gasolina para las estaciones de servicio del país, aunque no será de extrañar que muchas amanezcan hoy sin combustible, ante la altísima demanda que se observó en las gasolineras.
Los militares desplegados por la ciudad cumplieron funciones de acuartelamiento y la tranquilidad reinó frente a los destacamentos castrenses.
Algunos efectivos que tomaron las calles se encargaron de organizar a los ciudadanos que hacían “colas” frente a las estaciones de gasolina, para así facilitar el suministro de combustible para todos.
Lo seguro es que hoy el estado Lara amanece a la expectativa de conocer cuál será el futuro del país.
Fotos: Emanuele Sorge