Una parte de la población vio al presidente Hugo Chávez Frías como un benefactor, un aliado o luchador incansable contra el imperialismo.
Otro sector, en cambio, sintió que su proyecto de país representaba un peligro contra la democracia y el Estado de Derecho.
A juicio del sociólogo José Vicente Carrasqueño, la conexión social que hubo entre el Jefe de Estado y las clases menos favorecidas inició a partir del año 2003.
“El Presidente necesitaba levantar su popularidad ante la proximidad de un referendo revocatorio de su mandato. Comienza una serie de programas asistenciales que se encargaron directamente de problemas que afectan a esos sectores más necesitados generando, al mismo tiempo, una conexión emocional a través de un discurso de reivindicación, en el cual Chávez aparece como una especie de defensor y protector de los más necesitados”.
Ante esta estrategia política, una parte de la población respondió de manera satisfactoria. “La población se benefició de una serie de programas y el Presidente mantuvo popularidad y ascendencia sobre ese electorado que se le conservó fiel.
Sin embargo, todas las encuestas demuestran el rechazo de los venezolanos a políticas que pudieran lucir parecidas a un socialismo tipo Cuba, por ejemplo”.
Explicó el especialista que la confrontación entre venezolanos fue la herramienta sociopolítica fundamental que usó el presidente Chávez para mantener su base de apoyo.
“Hay que tener cuidado con las generalizaciones. No todos los pobres están con Chávez. No todos los que están con él comparten su visión del mundo pero se benefician de sus políticas”.
Más que un cambio de valores, ha habido un reforzamiento de usos negativos que resultan perjudiciales para la sociedad. “Por ejemplo, esperar todo del Estado sume a la gente en una situación de dependencia que atenta contra el uso de sus libertades, en la medida que se hace dependiente de un favor que proviene del gobierno”.
Tras su muerte, los seguidores de Chávez pueden sentir el dolor de la pérdida de una persona admirada, verse a sí mismos en una situación de no contar con un protector que les garantiza los favores de los cuales disfruta.
“Los detractores por su parte sentirán algo cercano a un alivio ante la desaparición de lo que consideran un elemento de perturbación desde la perspectiva de estas personas”.
Se avecina el cambio
Con la muerte del Presidente crece la incertidumbre y los rumores.
“El cambio será innegable. Dependerá de los liderazgos el que se deje la nefasta confrontación fratricida como mecanismo de lucha, y se avance en la resolución de los problemas de los venezolanos con el concurso de todos, o que sigamos en un estado de parálisis que se produce por la tensión existente entre dos fuerzas que se orientan en sentido contrario”.
De manera contundente, José Vicente Carrasquero explicó que los problemas que trajeron la figura de Chávez al poder, lejos de desaparecer se han exacerbado a niveles cada vez más preocupantes.
“Desde las tareas políticas como la toma de decisiones a espaldas del pueblo, hasta la existencia de cúpulas que se reparten el poder, pasando por escandalosos actos de corrupción, los elementos negativos que se le criticaban a la clase política anterior siguen estando presentes”.
En materia social, las deudas del Estado para con la población permanecen.
Sólo en el año 2011 se registraron más de 900 protestas de carácter laboral en todo el país.
“Ni hablar de los problemas que afectan a los venezolanos de forma crónica desde mediados de la década de los ochenta y que hoy, exhiben sus efectos negativos: mayor criminalidad, peores servicios como las fallas eléctricas, el deterioro de la infraestructura, servicios educativos y de salud deficientes, escasez y alto costo de la vida siguen ocupando los primeros lugares de las preocupaciones de los venezolanos, sin que se vean en el horizonte posibilidades de mejora”.
Tarea de todos
Mejorar la realidad nacional exige el concurso de todos los sectores que intervienen en la vida política, económica y social del país.
De acuerdo con Carrasquero, las situaciones adversas que proyectaron al presidente Chávez como una opción de futuro continúan vigentes.
En este sentido, resulta urgente que las autoridades en escalas regionales y nacionales, se dediquen a la resolución de los problemas en aras de que la población pueda mejorar su calidad de vida y los recursos del país sean aprovechados cabalmente.
El país cierra con el Jefe de Estado una etapa de su historia. No obstante, dependerá de todos los ciudadanos llevar la Nación hacia senderos de crecimiento con la consigna de la paz y la reconciliación.
Fotos: Archivo