El desfile del diseñador de Louis Vuitton, Marc Jacobs, evocó el erotismo de un gran hotel de lujo, con las modelos – entre ellas la británica Kate Moss- saliendo y entrando de los cuartos vestidas con ropa interior o sedosos trajes en tejidos brillantes, en el noveno y último día de la Semana de la moda de París.
Para diseñar su colección para el próximo otoño e invierno, Jacobs se centró en los tejidos y se dejó llevar por «la emoción y la imaginación», para crear un ambiente de «misterio», confió el diseñador neoyorquino de 49 años, que está al frente de las colecciones de Vuitton desde hace unos 15 años.
Su pasarela -espectacular como todas las de esta casa de lujo, que ha recreado desde un inmenso vagón del mítico tren Orient Express hasta tiovivos y escaleras mecánicas- incluyó abrigos sobre delicada ropa interior en encaje y plumas, suntuosas pijamas y largos vestidos de noche en tejidos metálicos.
Mientras recibía abrazos y saludos, y las modelos se desvestían detrás de bastidores, Jacobs compartió algunas de sus inspiraciones para este desfile, que contrastó con su anterior colección de prêt a porter presentada en septiembre pasado, que se inspiró en las líneas geométricas del artista francés Daniel Buren.
«La temporada pasada hicimos algo que fue conceptual, geométrico y rígido, donde no hubo emoción. Creo que esta colección es más sobre la emoción y la imaginación», explicó el diseñador, que salió a saludar tras el desfile vestido de una colorida pijama en seda roja impresa con motivos de diferentes colores.
«Esta colección es como una reacción a la pasarela pasada», reafirmó, agregando que su inspiración «no fue una mujer, sino cincuenta diferentes».
«Mujeres reales o imaginarias, algunas de ellas amigas que estaban en la sala, otras salidas de mi mundo de fantasía», dijo el creador, que citó también entre sus fuentes de inspiración a estrellas de la época de oro de Hollywood, como Gloria Swanson, el filme «Venus en visón», en el que la estrella Elizabeth Taylor da vida a una prostituta de lujo, y también a la cantante francesa Juliette Greco.
«Hubo algo de Hollywood y algo de París, de la orilla izquierda del Sena», resumió Jacobs, que dijo que había creado esta colección pensando «en una mujer de una cierta decadencia, que prefiere ponerse bella y quedarse en casa en vez de salir y mostrarse».
Para crear esta colección, que el diseñador calificó de «decadente y llena de glamour», Jacobs salpicó su paleta de azul noche,, verde, violeta, beige y colores metálicos.
El diseñador – que presenta en la Semana de la moda de Nueva York una colección bajo su propio nombre, Marc by Marc Jacobs, subrayó que el punto de partida para su pasarela parisina fueron los tejidos, y la manera cómo son trabajados en los talleres de la casa Vuitton.
«Hubo satines y crêpes de sedas y cachemiras y bellas lanas bordadas en encajes», dijo, precisando que en realidad no eran encajes sino tejidos fabricados en pequeñas plumas recortadas.
Interrogado sobre el erotismo que desprendió su pasarela que se situó en un hotel, Jacobs enfatizó que quería un aire de misterio.
«El misterio es tanto más estimulante que la realidad», dijo el director creativo de la casa de moda francesa, que subrayó su larga amistad con Kate Moss. «Es una amiga muy querida y ha estado muy cerca a muchos desfiles Vuitton, y le pedí que desfilara y estaba muy contenta de hacerlo».
La pasarela Vuitton cierra con broche de oro la maratónica tanda de desfiles que empezaron en febrero en Nueva York, y siguieron luego en Londres y Milán.
La fiesta de la moda -recomienza en septiembre próximo, cuando cientos de creadores presentarán sus propuestas para la primavera-verano del 2014, alimentando una industria que representa miles de millones de dólares anuales.