Desde el domingo tres de marzo, los vecinos de la avenida San Vicente entre calles 50 y 51, están sin el servicio eléctrico.
Ayer, antes de las 9.00 de la mañana, cerraron el paso de vehículos en la vía principal de la comunidad para reclamar a Corpoelec la irregularidad que además afecta a una escuela de primaria.
Yodali Torres, miembro del consejo comunal, declaró que los apagones son constantes en la zona, pero este último corte de electricidad genera grandes consecuencias en las familias del sector: inseguridad por la oscuridad que reina en las noches, alimentos en mal estado y proliferación de zancudos.
“Estamos cansados de las excusas de Corpoelec; cuando llamamos para hacer el reclamo dicen que vendrán a resolver el problema pero es mentira. El transformador se dañó y, aparentemente, no cuentan con otro para sustituirlo”, sostuvo la dirigente vecinal.
Sólo funcionarios de la Policía de Lara estuvieron en la manifestación y aunque trataron de dispersar la protesta, los vecinos continuaron expresando sus consignas para llamar la atención de la Corporación Eléctrica Nacional. Es la primera vez que protestan en plena vía pública.
Con la comida podrida
Este martes en la manifestación, los vecinos salieron con ollas de alimentos en descomposición. Las neveras no pueden refrigerar aquellos productos que además de ser costosos emanan olores desagradables.
“El queso, jamón, carne y pollo, se están pudriendo en las neveras; los niños de la escuela también padecen porque el comedor escolar tiene grandes cantidades de comidas por preparar pero sin la debida refrigeración se dañarán de un momento a otro”, agregó Torres.
La unidad Educativa Las Brisas II es la más afectada con la falta del servicio eléctrico. 460 niños son perjudicados en sus jornadas académicas. Sólo reciben media mañana de clases porque, en primer lugar, se les dificulta observar los apuntes dentro de las aulas, no pueden utilizar los baños y la comida está por arruinarse.
La directora de la institución, Agelvis Soto, informó que los pollos congelados ya están por perder la frescura, así como las carnes y pulpas de frutas utilizadas para los jugos. Expresó que si bien la comunidad y el plantel han notificado la delicada situación no son atendidos: continúan sin luz.
“Los niños no pueden usar los sanitarios porque en la escuela funciona una bomba hidromática y sin electricidad es imposible que nos surtamos del vital líquido. Si se daña la comida, tendremos que suspender las actividades y los únicos perjudicados serán los estudiantes”, comentó.
Sin embargo, no es lo único que ha afectado a la escuela. Algunos meses atrás, también a causa de un apagón, se dañó el refrigerador del plantel. Un esfuerzo en reunir suficiente dinero debió emprender el personal y comunidad educativa a fin de reponer el implemento necesario en el área de la cocina.
Pérdida millonaria
Mientras tanto, Madelin Silva, representante de un escolar, lamentó que ni siquiera los responsables del Programa de Alimentación escolar (PAE) lleven a cabo alguna medida de presión a favor de los infantes.
“Después de todo, son los niños quienes sufren si pierden el programa.Además es una desconsideración muy grande perder kilos y kilos de comida por la negligencia de Corpoelec”.
Aunque algunos padres y representantes, junto al personal del comedor escolar colocan hielo en los refrigeradores para tratar de conservar las carnes por el mayor tiempo posible, la medida no sirve de mucho porque no igualan la misma temperatura de estos aparatos.
El tiempo se agota y con ello la posibilidad de mantener en buen estado los alimentos que se traducen a una inversión económica bastante alta, tomando en cuenta la matrícula estudiantil que alcanza casi los quinientos infantes, además del personal.
Advierten con seguir cerrando el paso de los vehículos en la avenida principal del sector San Vicente hasta tanto restituyan el servicio eléctrico.
Asimismo manifestó que “las autoridades de la Corporación Eléctrica deben garantizar el servicio, al menos, en los sectores donde se encuentren centros de salud e instituciones educativas”.
Otros sectores afectados
En el oeste de Barquisimeto son muchos los sectores populares que sufren con las interrupciones en el servicio de electricidad. En la vía Quíbor, comunidades como Los Ángeles, California, La Capilla, Prados de Occidente, Santa Rosalía, El Tostao, entre otros, presentan apagones en horas nocturnas que incrementa los hechos delictivos en esa zona de la parroquia Juan de Villegas.
También colapsa el tránsito automotor no sólo por los semáforos que dejan de funcionar sino por la falta de señalización en algunos tramos que genera complicaciones a los conductores y pone en peligro a los transeúntes.
Fotos: Daniel Arrieta