En el norte y oeste de la ciudad las necesidades son muchas y la respuesta de las autoridades es escasa.
Los apagones de luz se registran por más de cuatro horas diarias, sin que exista una planificación que le permita a los usuarios tomar sus previsiones.
Quienes sufrimos somos los más pobres, señaló Julia Ereú, habitante de Carorita Arriba.
Las necesidades más urgentes van desde la falta de agua potable y servicio de cloacas, hasta la recolección de basura.
El asfaltado en la vía principal de Portachuelo es una necesidad apremiante, al igual que la presencia de la Guardia Nacional que aminore la desmedida ola de inseguridad que azota nuestra comunidad, enfatizó Ereú.
Además de estos problemas, existe la urgente necesidad de limpiar la quebrada Mastodonte en el sector Cerro Gordo, pues los olores son insoportables por la acumulación de basura. Así declaró la señora Magdeline Rea, vecina de la zona.
La afectada hizo un llamado al responsable del consejo comunal del sector El Molino para que firme las distintas denuncias que aquejan al conglomerado de la zona.
Recalcó que en la comunidad Juan Guillermo Iribarren no sólo hay problemas de basura, sino que carecen de servicio de luz y, por lo tanto, se ven en la necesidad de hacer tomas ilegales.
Esta situación representa un claro peligro, por cuanto las tomas ilegales generan otro tipo de accidentes lamentables en las comunidades más pobres.
Graves problemas
Carlos Gutiérrez, habitante de La Antena, exige de inmediato la reactivación del servicio de aseo urbano que tarda hasta un mes sin recolectar la basura, causando terribles olores y enfermedades en los habitantes.
También hace el llamado a Corpoelec para que presente un cronograma de cortes eléctricos, de manera que sus aparatos electrodomésticos no se dañen.
Desafortunadamente, los servicios públicos no son efectivos, en detrimento de las comunidades.
