También llamada desgano o pérdida gradual de ganas de comer (anorexia no patológica) es un problema que puede afectar tanto a hombres como a mujeres de todas las edades y condiciones: lo poco que comen ya les llena, o no les apetece nada, o no les sabe la comida, o todo les da asco, o ciertos alimentos les producen rechazo o náuseas, o les duele al tragar.
Debemos tener en cuenta que la falta de apetito en la infancia tiene diferentes grados. Los mayores comemos lo que queremos y cuando queremos. Si un día no nos apetece comer no pasa nada, y no comemos o comemos menos. Pero a los niños no les damos opción, les obligamos a que se coman el plato.
Muchos bebés tras tomar un pecho, se quedan dormiditos y relajados, satisfechos. Entonces aparecemos los mayores, para decirles: ¡despierta! ¡Que te queda el otro pecho! Estos ejemplos vienen a explicar que la falta de apetito puntualmente es normal. En el momento en el se convierta en algo continuado y grave, ya hay que mirar cuál es la causa (si es psicológica, emocional o fisiológica).
Origen nervioso o emocional (estrés, cansancio, soledad, nerviosismo, agotamiento, depresión o ansiedad).
Una mala alimentación (consumir fuera de horas alimentos, golosinas, refrescos, etc.)
Falta de apetito relacionada con enfermedades (estados febriles, anemias, problemas digestivos, cirugía, infecciones, hipertiroidismo y estreñimiento
Sus consecuencias
La falta de apetito hace que nos nutramos peor y eso acabará causando fatiga, debilidad y desánimo.
El organismo se va quedando sin defensas y es presa fácil de enfermedades que atacan al sistema inmunológico.
Aumenta el riesgo de malnutrición y de carencias nutritivas.
Cómo tratar la falta de apetito
Nunca debe de tratarse de convencer a la persona que no quiere comer con malas maneras.
Realizar poco a poco una reeducación alimentaria (comer frutas y verduras, farináceos, proteínas, lácteos, grasas saludables, etc.). Evitar los alimentos poco energéticos y muy ricos en fibra, incluir alimentos que en poco volumen aporten mucha energía y variedad de nutrientes, limitar la ingesta de líquidos en las principales comidas, evitar los alimentos muy calientes.