Quienes residen en las inmediaciones de la manga de coleo de la capital del municipio Jiménez, en la salida hacia El Tocuyo, están sentenciados a padecer el serio problema de salud público que representa el inmenso basurero que se forma a un lado de la carretera y que desde la Alcaldía no se han preocupado en eliminar.
La situación es más seria los lunes debido a que el domingo funciona en el sector un mercado al aire libre y el organismo encargado de disponer la basura no ha implementado medidas para que los comerciantes que allí operan coloquen los desperdicios y estos son esparcidos por el viento hasta una cerca donde se amontonan y permanecen indefinidamente.
Nelson Pineda, luchador social, dijo que en muchas oportunidades los vecinos han planteado el problema al alcalde y concejales pero hasta ahora no ha habido funcionario alguno que se preocupe por resolverlo.
Debido a esa desidia, por lo menos un kilómetro de la orilla de la carretera permanece, no sólo los lunes sino todos los días de la semana, como un gran depósito de papeles, cartones, restos de comida y en general todo lo que se considere desperdicio, representando un foco de contaminación al aire libre y un proveedor de alimentos para las ratas.
Pineda plantea que el mismo domingo, tan pronto concluyan las ventas en el mercado, como ocurre en el mercado San Juan, en Barquisimeto, se envíen cuadrillas de obreros de la Alcaldía que realicen operativos de emergencia para recoger todos los desperdicios que hayan dejado los comerciantes o compradores.
O que coloquen suficientes contenedores en el área del mercado, además de dictar charlas de concientización a los comerciantes para que, hasta donde les sea posible, vayan depositando la basura en ellos y así al final de la jornada quede un panorama menos desagradable a como está ocurriendo en la actualidad.
“Lo importante es que quienes vivimos en Quíbor y quienes nos visitan no sigan viendo ese gran basurero que los lunes y otros días de la semana permanece en el sector La Manga y, además, es factor provocante de enfermedades entre las familias que viven en las inmediaciones, en especial los niños que son los más propensos a percibir los males dejados por un foco de contaminación como ese”, afirmó.
Aclaró Pineda que no es un problema nuevo pero que ya es tiempo de que las autoridades a las que corresponde, concretamente a las municipales, tomen cartas en el asunto y se decidan a actuar antes de que se presente algún brote de alguna enfermedad provocada por ese depósito público e irregular de desperdicios sólidos.