Para las personas que tienen como condición la ceguera, el desarrollo de otros sentidos y habilidades se convierte en una necesidad para lograr insertarse en la sociedad.
En Barquisimeto, existe una institución que busca formar a las personas con discapacidad visual, aportándole estrategias necesarias para su desenvolvimiento como personas autónomas, capaces de resolver situaciones y participar en igualdad de condiciones en cualquier ambiente donde le corresponda actuar.
La Escuela Bolivariana para la diversidad funcional visual, Luis Braille, fue fundada en el año 1972, y tiene como propósito ofrecer atención integral con métodos y recursos especiales a niñas, niños, jóvenes y adultos con discapacidad visual (ciegos, baja visión y sordociegos), a fin de brindarles una educación que les permita desempeñarse efectivamente en función de sus potencialidades y entorno.
El subdirector de la escuela, Manuel Aranguren, explica que vivir con la ceguera es como ser flaco, alto o gordo. Requiere adaptación, sin embargo, no es imposible vivir con esta condición.
Los niveles escolares que ofrece la escuela, van desde elprograma de estimulación visual temprana, que atiende niños recién nacidos hasta los 3 años, seguido de la educación inicial, el preescolar, la primaria y programas de adultos que atiende a personas jóvenes y adultas, ciegas o de baja visión, que hayan adquirido esta condición por accidentes, enfermedades o desde el nacimiento.
Para las personas con discapacidad visual, uno de los aprendizajes primarios es el conocimiento del espacio. Todo lo que tienen a su derecha, es la izquierda de la otra persona.
Esto les permite movilizarse de una mejor manera y ser constructores de su propio aprendizaje. Comunicarse a través de la lectura y escritura, es un proceso complejo que las personas de baja visión o ciegas, desarrollan por medio del método braille.
Este sistema, considerado uno de los más efectivos, requiere la utilización de ciertos instrumentos tales como la regleta y el punzón.
La regleta funge la función de cuaderno, donde se inserta la hoja que posteriormente se cierra para marcar punto por punto los pequeños huecos con el punzón. El alfabeto Braille está formado por seis puntos en relieve, que según la combinación de puntos, da significado a una letra.
En este sentido, Manuel Aranguren instó a quienes padecen discapacidad visual a incorporarse al estudio y a los diferentes programas que ofrece la institución.
Foto: Ricardo Marapacuto