El 4 diciembre de 2011, unas 52 familias con necesidad de vivienda, tomaron un terreno baldío ubicado entre Zanjón Colorado y La Piedad Norte, con el propósito de solicitar al Gobierno nacional la construcción de un complejo urbanístico.
Denominaron la invasión con los nombres de Simón Bolívar, Ezequiel Zamora y Brisas del Señor, divididas en varios sectores en donde actualmente se registran 142 familias.
Sobre los lotes, algunos con pendientes pronunciadas, se han edificado ranchos de lata y tablas, y los habitantes con más posibilidades, han construido casas con paredes de bloque.
Los servicios clandestinos, han sido instalados por autogestión, traídos desde La Piedad Norte y los más afortunados, han podido conectarse del colector principal de aguas servidas.
“Estamos necesitados”
“Mi caso particular, es de gran necesidad, pues tengo dos hijas ya con hijos pequeños y doce años alquilados en Los Rastrojos, pero debido a la falta de trabajo, nos vimos en la obligación, pensando en el futuro, de ocupar este terreno ocioso de toda la vida”, narró José Silva.
Dijo que los presuntos dueños del predio, se acercaron a conversar con los ocupantes de forma pacífica y expresaron que sólo esperan que el Gobierno nacional expropie el terreno y pague lo justo, para así poder luego levantar el anhelado conjunto residencial.
Urbanismo toma el predio
Explicó Silva que una constructora que edifica unas vivendas unifamiliares en el perímetro, pretende tomar parte del predio invadido desde diciembre de 2011, violentando “lo que nosotros con esfuerzo hemos edificado”.
-El terreno no pertenece a esta constructora, ni tampoco a nosotros, pero ya lo hemos solicitado a través del INTI y nos hemos organizado en asociación en la Gran Misión Vivienda Venezuela, a la espera de la asignación de casas.
-El concejal José Gregorio Hernández nos está ayudando con la tramitación de los documentos, comentó Silva.
No podemos asumir la construcción
Silva destacó que parte del predio ha sido nivelado con aportes personales, así como las mangueras para agua potable y el tendido eléctrico para el fluido de cada rancho.
Sin embargo, manifestó que la edificación del conjunto residencial Simón Bolívar, “no puede salir de nuestro bolsillo, porque los materiales son extremadamente costosos. Además la Constitución nacional habla de viviendas dignas para los venezolanos como deber del gobierno”.
Precisó que para levantar su rancho invirtió dos millones 300 mil bolívares en la compra de 10 láminas de zinc.
-Un pozo séptico cuesta entre tres y cinco mil bolívares, sin contar la tubería que sale en unos tres mil bolívares adicionando el flete, resumió el ocupante.
María Romero y Alberto Delgado, custodian un lote baldío de 27 metros por 30 de ancho situado entre las ocupaciones Simón Bolívar y Ezequiel Zamora, cuyos propietarios han accedido a venderlo por 12 mil 500 bolívares.
-Los dueños nos expresaron que no aceptarán invasión sino venta, pero no disponemos de los recursos, por tanto lo estamos custodiando hasta que el Estado lo expropie, observaron.
