La escuela Juan de Villegas, de la comunidad Las Veritas, al norte de la ciudad, cuenta con 36 años de labor a favor de la enseñanza. Es una de las casas de estudios que goza del aprecio de todos los vecinos debido al largo tiempo educando a la infancia de esa zona. No obstante, hoy son los padres y representantes, quienes rechazan el caos en el cual se encuentra.
Si bien hace algún tiempo, se construyeron nuevas aulas para los grados de cuarto, quinto y sexto grado, los pequeños que recién inician su escolaridad no gozan de la misma suerte. Los niños de primero, segundo y tercer grado estudian en aulas poco acordes al moderno sistema educativo que demanda el mundo entero. Tienen que escuchar las clases en pupitres deteriorados, casi inservibles.
Es una crítica más que entendible por parte de los papás. Ahora bien, hace falta el pronunciamiento y acción de las autoridades, de lo contrario, seguirán padeciendo males a causa de la ausencia de los organismos correspondientes.
Yosmery Torrealba, representante, declaró que “necesitamos de todo” en la escuelita donde hacen vida más de 150 estudiantes.
“Los profesores tienen una gran responsabilidad encima: educar a nuestros hijos a pesar de todas las carencias del plantel. Los salones de los niños pequeños están cada vez peores con grietas, techo en mal estado, sin iluminación. Si el Ministerio (pp) de Educación hiciera una revisión frecuente de las instalaciones, seguramente, nos evitarían tantas preocupaciones”, sostuvo.
Mientras que la profesora Marlene Guédez, a cargo de una sección, comentó que el gobernador Henri Falcón prometió en una visita a la comunidad la dotación de la cerca perimetral y un enfriador para el área del comedor, este último espacio aún sin equipar. “Para nosotros es prioridad que mejoren los espacios para que los niños tengan motivación de acudir a la escuela”, indicó.
En este sentido, conviene que el ofrecimiento del gobierno regional se lleve a cabo para medianamente salir a flote del mar de problemas.
Problemas que desmejoran la atención de los estudiantes, dificultan el proceso de aprendizaje debido a los incontables desperfectos en la infraestructura y alrededores. La comunidad Las Veritas, es una de las más emblemáticas de la zona norte pero desdichadamente también se ubica entre las más abandonadas.
Impulsar el deporte
Entre las sugerencias hechas por los padres y representantes, resaltan los espacios deportivos y culturales, dentro y fuera de la institución. Explican que existe mucho talento entre las nuevas generaciones para las especialidades deportivas y también en el área de las danzas.
La parte teatral es otra de las bondades que favorecena la comunidad, por esa razón, piden a los gobernantes que dediquen parte de los recursos destinados a las comunidades para desarrollar obras de tipo recreativa y cultural. En la actualidasd, los niños y adolescentes, apenas logran distraerse con juegos de pelotas en las calles.
Se exponen a los peligros de la calle: “pueden ser arrollados por un vehículo”, comentó una de las madres del sector.
Mientras que los jóvenes acuden a viejas canchas deportivas de vecindarios cercanos.
Se trata de una necesidad que sólo las autoridades competentes tienen la capacidad financiera de resolver y para la juventud es un sueño contar con espacios dignos.