Aparentemente desorientado y sin liderazgo, el Barcelona contará con poco tiempo para buscar soluciones a su mal momento, pero tendrá la oportunidad de aumentar su moral el sábado en su visita al feudo de un Real Madrid por la liga española de fútbol con la vista más puesta en su duelo europeo del martes.
El actual campeón de la Copa del Rey fue eliminado del torneo esta semana por su eterno rival, al sufrir una humillante derrota 3-1 en la vuelta de las semifinales ante su propio público, quedándose fuera de la final.
Tras caer en el clásico poco después de su derrota 2-0 en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones frente al Milan la semana pasada, las luces de alarma se han encendido en el Camp Nou ante la amenaza de que la temporada del Barça se venga abajo en marzo.
Los catalanes tienen una ventaja de 12 puntos en el liderato de la Liga sobre el segundo clasificado, el Atlético de Madrid, y de 16 sobre el Madrid, que es tercero, pero el Barça es un equipo acostumbrado a ganar más de un título por temporada y cualquier otra cosa haría que se hable de un declive.
Por otro lado, el Madrid, que ha descartado sus opciones de revalidar el título liguero, sale de su duelo de semifinales de la Copa reforzado psicológicamente y con sus sentidos orientados firmemente a la consecución de su décima corona europea.
Es seguro que el entrenador, José Mourinho, dará descanso a varios jugadores antes del partido de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones contra el Manchester United del martes, en el que el Madrid deberá remontar el desfavorable 1-1 con el que concluyó la ida en el Santiago Bernabéu.
El miércoles, el presidente del Barça, Sandro Rosell, voló a Nueva York para ver al entrenador Tito Vilanova, que está dirigiendo al equipo desde la distancia mientras continúa recuperándose de una segunda operación en su glándula parótida practicada en diciembre.
El ex asistente de Pep Guardiola ya se había tenido que someter a cirugía para que se le extirpara un tumor en noviembre de 2011 y no se espera su regreso hasta mediados de marzo.
«No tener la figura del primer entrenador no es fácil», dijo Andrés Iniesta el miércoles en rueda de prensa. «Es mucho tiempo y es una dificultad más que nos hemos encontrado esta temporada».
«Pero no porque ahora perdamos debemos decir que vuelva ya. Su salud es lo primero y confiamos que esté aquí», agregó.
Refrescar
El segundo entrenador Jordi Roura ha tomado las riendas del equipo desde el nuevo año, pero el Barça ha parecido predecible en ocasiones, falto de ritmo y de amplitud en su juego, mientras que su defensa también ha bajado su rendimiento.
En un intento por refrescar al equipo, Roura podría optar por jugar con el extremo Cristian Tello y el delantero David Villa de inicio en el Bernabéu, dejando en el banco al centrocampista ofensivo Cesc Fábregas.
El movimiento podría dejar más espacio al máximo goleador del equipo, Lionel Messi, que se perdió el entrenamiento del miércoles por un proceso febril, tras sus discretas actuaciones frente al Milan y al Madrid, algo poco habitual en él.
«Tenemos que pensar en los dos partidos que hemos perdido, lo que hicimos bien y en lo que podemos mejorar», sostuvo Iniesta. «Tenemos que recuperar la sensación de ser un equipo compacto e infalible y estoy convencido de que podemos hacerlo».
«No debemos olvidar que somos líderes en la Liga y que debemos intentar mantener nuestra ventaja», agregó.
El Madrid no podrá contar con el sancionado extremo Angel Di María en un clásico liguero ensombrecido por la proximidad de su visita a Old Trafford.
Una encuesta realizada a los lectores de la página web del diario deportivo madrileño AS el jueves mostró que los aficionados son abrumadoramente partidarios de que se ponga sobre el césped un equipo de suplentes.
El Atlético, que logró el pase a la final de Copa en tras superar al Sevilla con un resultado agregado de 4-3, visita el domingo al cuarto clasificado, el Málaga del entrenador chileno Manuel Pellegrini.
