Para recordar: “Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo… Adora a Dios…” (Apocalipsis 19:10)
Hoy, hay noticias que no dejan de llamar la atención en el planeta: La renuncia del Papa Benedicto XVI, la salud del presidente Chávez, el meteoro que cayó en la tierra, causando numerosos heridos, entre otras.
En este momento y lo decimos sin comparar, pero con respeto, el Papa y el presidente de Venezuela, tienen algunas cosas en común: Ambos son presidentes; ambos son los líderes; hay una irrevocable y una probable renuncia por delante; los que cree en lo que “representa” la figura del Papa le reverencian. Y de un tiempo pará acá, numerosos le mandan la frase “rodilla en tierra” al presidente Chávez, en señal de obediencia, reverencia o adoración.
“Una reverencia es una acción en la cual una persona inclina su cuerpo o una parte del mismo en señal de saludo respetuoso o veneración… En las culturas europeas, la reverencia se utiliza solo en situaciones muy formales, por ejemplo, el saludo a un miembro de la familia real o al Papa” (http://es.wikipedia.org/wiki/Reverencia).
“La reverencia era común en las cortes. Los hombres debían inclinar la parte superior del cuerpo y retirar la pierna derecha de modo que arrastrara por el suelo. El hombre debía sacar su mano izquierda sobre su cintura al hacer esto… y las mujeres hacían la genuflexión” (Ídem).
Aunque arrodillarse delante de hombres es muy antiguo, la Biblia dice que el faraón hizo colocar de rodilla a José para juramentarlo como el segundo del reino Egipcio (ver Génesis 41:43); Dios prohibió adorar imágenes y les dijo claramente: “…los ídolos ni ven ni entienden.” (Isaías 44:9); por los tres hebreos no se arrodillaron ante la estatua de Nabucodonosor en Babilonia (ver Daniel capítulo 3, especialmente verso 18).
Por su parte, Olivares Francisco (2.011), señala lo siguiente: “El término militar “rodilla en tierra”… con el tiempo se orientó hacia la sumisión de una manera más patente y desvergonzada… Ayer el presidente Chávez -acotó Olivares- aludió a quienes cuestionaron el espectáculo en el cual, cadetes de la Escuela Naval, se arrodillaron, mientras rendían honores al Primer Mandatario. (http://www.eluniversal.com/opinion/110806…, 06 de Agosto)
Cuando las personas se le acercan a un Papa, le rinden una reverencia y algunos besan su anillo. Por cierto, según la agencia EFE, “El Anillo del Pescador (totalmente de oro), que simbolizan el poder pontificio y que lleva el Papa actual y será destruido probablemente tras el 28 de febrero… para evitar cualquier eventual falsificación de documentos pontificios”. Hay quienes no quieren que suceda, por ser una situación inédita y porque el Papa sigue vivo. (http://mx.noticias.yahoo.com/anillo-papa…).
La historia señala que todas las personalidades que han ido a visitar al Papa, le rinden veneración, y algunos, como dijimos, le besan la mano y hay otros que le han besado hasta los pies. Pero, ¿será posible que los humanos tengamos que arrodillarnos ante otros humanos en señal de veneración, sea nuestro presidente o sea un Papa?
Según el comentario Bíblico Adventista, tomo 7, referido a Apocalipsis 19:10, p.885, toman la frase “Me postré (ante un ángel) para adorarlo…” El comentario señala que eso era una posición de reverencia y adoración típica de Oriente… pero, la respuesta no se hizo esperar y el emisario celestial le contestó “Mira, no lo hagas, yo soy consiervo tuyo…” y agregó “Adora a Dios”.
Pues escrito está: “Vivo yo -dice el Señor-, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios. De manera que cada uno de nosotros dará cuenta a Dios de sí.” (Romanos 14:11,12). Por ello, hubo personas que cayeron ante los pies de Jesús y Él lo permitió porque sabía que era “Emanuel”, que significa: “Dios con nosotros” (Mateo 1:23).
¿Cuántas personas se inclinarán obligados y tener que decir “rodilla en tierra” ante un ser humano? Pero nuestras rodillas son: Para orar y adorar a Dios; solicitar ayuda o el perdón de nuestros pecados; para reverenciar a Jesús, quién hizo los cielos y la tierra, y es el único que tiene posibilidad de rescatarnos de este mundo de pecado y maldad, que lleva un irremediable camino a la destrucción.
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