#opinion: La revolución de los guisadores por: Antonio Jose Rivera Chavez

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Una gran cantidad de venezolanos vimos y oímos con alegría de tísicos  cómo un grupo de militares se alzaba contra el orden establecido tomando como base para  tal sonrisa la amenaza a los corruptos y hasta la fritura de cabezas de llegar al gobierno para adecentar la Nación.
Todos fueron vapores de la fantasía porque en la propia elaboración  del nuevo gobierno ya se habían aposentado en sus puestos no solo nuevos burrochorocratas militares sino viejos “matraqueros” expertos en matracologia capitalista que por sus necesidades de servicio se convirtieron en conocedores profundos del socialismo científico para contar mejor lo mal habido.
Entonces comenzó el tiempo de espanto para quienes conocedores de la administración pública les resultaban antipáticos los malos mañosos de larga data, quienes en cierta forma volvían por sus fueros  ocupando posiciones ahora más ventajosas para la fácil tarea de tocar el piano al revés aplicando la ley del contincoleo. Famosos reyes de la realeza administrativa como los reyes del Timbre, la matraca, etc., al lado de conocidos miembros de la Banda de los Recaderos del dólar (Recadi), aduaneros y afines de repente se mostraron risueños carpetas al brazo para la Misión de la Gestoría nuestra de cada día en ministerios, tribunales, registros y pare usted de contar oficinas públicas convertidas en más de lo mismo  por los mismos.
En el agitado proceso de cambio de piel de los ahora guisadores del Siglo XXI revolucionario se les presentó como un regalo de la providencia esta pandilla uniformada ávida de mejor vida con el menor esfuerzo y necesitados de asesoría “técnica” se fusionaron a los ya conocidos expertos del arte del buen aliño para el óptimo guiso y se apareció el Hombre Nuevo el cual como tocado por los dioses del Olimpo rompió todas las marcas del guisómetro en eso del rascabucheo de los Fondos Públicos, estableciendo records no solo nacionales si no mundiales a la hora de arrancarle una buena tajada a los dineros del pueblo.
Desde las pensiones hasta las prestaciones sociales de los petroleros han pasado por ese tamiz donde el amasijo de expedientes y recaudos se convierte en dólares o/y bolívares para los autores del drama diario de Juan Pendejo. Ahora la clase corrupta del Nuevo Amanecer además se distingue de los plebeyos del ayer,lambucios roba gallinas, porque a la hora  de reclamos contra la actividad del depredador rojo no tiene para dónde correr y si la máxima autoridad del lugar para donde corre viste uniforme lo que puede conseguir es plan de machete y mas na’.
En honor a la verdad debemos reconocer un salto extraordinario en eso de guisos, matracas y trácalas en estos tiempos. La revolución de los guisadores es indiscutible y ni compararlos con aquellos de la cuarta donde las tarifas eran paupérrimas y se cumplía con el agraviado ya que en el ahora se cobra mucho y el cumplimiento no es de fiel aplicación porque cualquier imprevisto inflacionario puede necesitar de nuevos ajustes en el precio de los aliños para la consecución del acto. Si algo avanzo fue este aspecto soberanamente ilegal desde donde la burrochorocracia paga y se da el vuelto.
Antonio José Rivera Chávez

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