Por años los habitantes de Bobare han venido padeciendo por la falta de agua, situación agravada últimamente a raíz del surgimiento de nuevas barriadas entre Pavia y la población pues en el trayecto se queda prácticamente toda la que a ellos les corresponde.
La alternativa sería disponer de un suministro propio, directo, no dependiente de lo que sobre de otras comunidades.
“La solución la tenemos muy cerquita, apenas a unos cinco kilómetros, en la represa El Zamuro, que a pesar del fuerte y prolongado verano aún tiene algo de agua, utilizada por los agricultores del valle de El Tacal en la producción de los alimentos que todos necesitamos”, expresó Luis Alfredo Gil, cronista de la parroquia Águedo Felipe Alvarado.
Gil ha sido uno de los consecuentes luchadores por la solución a ese grave problema que afecta a Bobare.
Recuerda que ese embalse, que corresponde al Ministerio del Ambiente, cuya altura es de 15 metros y medio y un caudal de aliviadero de 95 metros cuadrados por segundo, fue construido durante la primera presidencia del doctor Rafael Caldera, cuando el ingeniero José Curiel era ministro de Obras Públicas y su fuente de abastecimiento es la quebrada La Fundación.
“Son unas 300 hectáreas inundadas que muy bien, con los trabajos correspondientes, podrían permitir el suministro de agua a Bobare, aunque no ha habido voluntad política para que eso sea posible”, indicó.
Explicó que con unos cinco kilómetros de tubería y una planta de tratamiento, los habitantes de Bobare podrían disponer de un buen servicio, algo que no ocurre en la actualidad pues las tuberías se encuentran secas por falta de uso desde hace mucho tiempo cuando dejaron de bombearle el líquido vital desde la estación ubicada en el trayecto Pavia-La Puerta.
En la actualidad la represa se encuentra en un nivel muy bajo, aunque aún tiene sus reservas a pesar del fuerte verano y de la gran cantidad de bombas que durante la mayor parte del día le succionan millones de litros.
A simple vista se pueden ver las mismas, así como gran cantidad de tubos o mangueras por las que se traslada el líquido a las diferentes fincas del valle en las que se cosechan hortalizas como cebolla, tomate, pimentón, cilantro, así como también melones y patillas.
El nivel normal del embalse es de 15 metros sobre el nivel del mar pero en la actualidad, aunque no existen tabletas de medición, se calcula que puede estar entre 10 y 12, de acuerdo a un tubo instalado en el sector sur, aparentemente por los mismos agricultores, para tratar de calcular el tiempo que puede durar el agua almacenada si se prolonga el tiempo sin llover.
Pero también existen bucos alimentados con agua de la represa, parte de la cual no llega a sus destinos por tratarse de sistemas rudimentarios que no permiten el pleno aprovechamiento de tan importante recurso.
Luis Alfredo Gil recuerda también aquel año de 1982, la última vez que El Zamuro se desbordó e inundó gran parte del valle de El Tacal.
Considera pertinente que el Ministerio del Ambiente tenga mayor control sobre tan importante reservorio acuífero, aplicando cierta regulación en su aprovechamiento, sobre todo en ocasiones como la actual cuando su nivel se encuentra tan bajo y se corre el riesgo de una sequía total, o al menos llegar a condiciones imposibles de seguir extrayéndole agua para el riego.
Y en caso de que algún día decidan utilizarlo para abastecer a los habitantes de la parroquia Águedo Felipe Alvarado y terminar con años de sequía, con un buen programa de distribución podría ser suficiente para ser utilizado para la agricultura y los hogares, comercios e industrias urbanas.
“Esperemos que algún funcionario, sobre todo del Ministerio del Ambiente, tome en cuenta estos planteamientos y aprovechen la presa El Zamuro para darnos agua suficiente a los bobareños y que también los agricultores puedan contar con ella”, enfatizó Luis Alfredo Gil.