De forma sorpresiva un grupo de funcionarios de la Policía de Lara aprovechó la mañana de ayer para ingresar a los calabozos de los privados de libertad y someterlos a su respectiva requisa.
Los internos en descontento y alegando que ingresaron de forma violenta, decidieron hacer una huelga de sangre que dejó como saldo la cantidad de 70 reclusos heridos. Sin embargo, hasta la tarde de ayer, fueron trasladados 46 hacia la emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda, con heridas en piernas y brazos.
Debido a ciertas irregularidades que se estaban presentando dentro de los calabozos de la Comandancia de la Policía del estado, mejor conocida como la 30, en donde en la actualidad están 230 privados de libertad, Luis Rodríguez, comandante de Polilara indicó que decidieron entrar para hacer la respectiva revisión.
“En presencia de Rosimar González, fiscal 13 con competencia en Asuntos Penitenciarios, representantes de los Derechos Humanos, hicieron la revisión corporal de los internos y posteriormente de los pabellones 3, 4 y 5, garantizando que toda nuestra actuación fuera transparente.
Dentro de los mismos fueron localizadas porciones de droga, pipas de fabricaciones caseras, teléfonos celulares con sus respectivos cargadores, así como objetos cortantes, elaborados con pedazos de metales, algunas cabillas y seguetas”, indicó el comandante de Polilara.
El jefe policial manifestó que los privados de libertad (entre ellos tres mujeres) se molestaron porque se le realizó la requisa y ellos mismos se inflingieron las heridas.
La explicación dada por Rodríguez es que presume que los presos se metieron en sus bocas algunas hojillas y posterior a la revisión procedieron a cortarse.
Así mismo hizo énfasis el comisario que los calabozos revisados fueron el 3 conocido como “La Nevera” en donde están diez internos; el 4 donde se encuentran 28 mujeres y el 5 que tiene una cantidad de 75. No fue posible revisar el calabozo 1 donde se encuentran recluidos 70 hombres. El calabozo 2 en donde están los funcionarios fue desalojado.
“Son 230 los privados de libertad que tenemos en la comandancia y la capacidad máxima de reclusión es de 120 personas. En total hay 530 repartidos en las diversas comandancias y ya es bien sabido que no son aceptados en los diversos penales y que esto nos ha traído gran hacinamiento, así como problemas de fugas en varias comisarías” destacó el jefe de Polilara.
Angustia afuera de la 30
Las áreas internas estaban tomadas por el equipo antimotín de la Policía. Se escuchaban algunas detonaciones por parte de los efectivos y al cabo de un rato, tras sostener una conversación telefónica con uno de los privados de libertad, estos indicaron que estaban de forma pacífica esperando la revisión cuando los funcionarios entraron de forma violenta destrozando sus pertenencias y agrediéndolos tanto a ellos como a las mujeres.
“Fueron diez los compañeros que salieron heridos de perdigones, aunque fueron leves nosotros decidimos iniciar una huelga de sangre, porque tenemos una semana pidiendo que nos destapen las cañerías, además que nos permitan más tiempo con la visita y aproximadamente 60 se cortaron sus piernas y brazos. Nosotros necesitamos respuestas porque somos presos, no muertos y en caso de que no nos tomen en cuenta tomaremos otras medidas” señaló el privado de libertad de la 30 a través de una llamada.
El reo además aseguró que los calabozos revisados por las autoridades fueron el 1, 4 y 5, que como en repetidas oportunidades no tocaron a los funcionarios que están detenidos.
María Pérez, madre de uno de los internos, aseguró que la Policía ingresó desde tempranas horas y maltrataron a los detenidos. Ellas, junto a un grupo grande de mujeres madres, esposas, hermanas y algunos hombres, se apostaron en las afueras de la Comandancia. Algunas obstaculizaron el paso y exigían que saliera el comandante de Polilara, así como la fiscal 13.
Aseguraron los seres queridos de los reos que la fiscal y los representantes de los Derechos Humanos llegaron a la Comandancia después de los hechos irregulares.
Así mismo exigen los seres queridos de los detenidos de la Comandancia de Polilara que se den los traslados de los internos a otros centros penitenciarios.
