Para los familiares de un paciente que se encuentre en un pabellón de operación o internado en un centro médico, público o privado, pasa por momentos dificiles que debe superar entre sus seres más cercanos.
Tal es caso de Mireya González, quien tiene a su hija recluida desde hace un mes en el Hospital Luis Gómez López, ubicado en la carrera 18 con calle 12 de la ciudad de Barquisimeto.
“Ha sido duro porque no tengo relevo”, dijo González, mientras que en su rostro se ve el cansancio acumulado por los días y noches que ha soportado en la institución esperando por la recuperación de su hija, quien fue intervenida en su pie por una complicación de la diabetes que padece.
A pesar que los domingos son días casi desérticos en dicha institución, la señora Mireya permanece en ella esperando a que sean las 4 de la tarde, momento en el cual, las puertas de las salas del hospital se abren para permitir la visita de los familiares quienes ansiosos repasan el estado de salud de sus allegados.
A pesar de la dura espera y del tiempo que ha prolongado un estado físico que se suma al emocional y psicológico, González expresa una gran satisfacción con la atención dispensada por todo el personal que a lo largo de este lapso se ha hecho cargo de su hija.
“No nos ha faltado nada”, dice la madre, “una que otra cosa que hemos tenido que ir a comprar por nuestros propios medios pero, en general, todo lo ha suministrado el centro de salud.”
“No podemos quejarnos, la asistencia y la atención de todo el personal, enfermeras y doctores ha sido excelente”, indica González. Mientras las salas y pasillos del centro asistencial estaban casi despoblados, familiares transcurren la angustiosa espera en las afueras mientras es la hora de visita.
Mireya, acompañada de Rosa de Andrade, esperan con ansias la recuperación de su allegada para volver a la comodidad de su hogar y, más allá de eso, esperan que la salud de su familiar se mejore para que vuelva a estar entre sus seres queridos.