•Un gobierno honesto no necesita de contralorías ni fiscalías que lo controlen o fiscalicen; uno deshonesto las tiene para aparentar honestidad
•¡Llegó la harina! ¡Llegó el arroz ! ¡Llegó el aceite! ¡También el presidente! ¡Viva Venezuela! !Abajo la escasez! !Espero que esos rubros no desaparezcan otra vez!
•Siendo la risa un remedio gratis, genérico, e infalible, los médicos deberían prescribirla con mayor frecuencia para paliar el aumento de medicinas que se nos viene encima. “El humor es la razón vuelta loca”, solía decir el comediante Groucho Marx
•La pobreza se ha convertido en el alimento más rico en proteínas de la presente administración. Lamentablemente el pobre no se da cuenta. Si no… se la mentaría
•La nueva Lottt (se debería leer Lo-te-te-te) lo deja a uno tartamudeando al pensar que ahora sí se oficializará la holgazanería. ¡Solo se trabajará cinco días! Sumémosle a ello el aumento del ausentismo laboral, y verá Ud. que este país va camino a ser un país de zánganos y vagos. La vagancia ha sido siempre la madre de todos los vicios y pariente muy cercana del subdesarrollo. Razón para no salir del hoyo
•Correa (el del Ecuador) apretó el cinturón y amarró su reelección. Ahora se encamina a ser presidente vitalicio. Todo un vicio en algunos países del sur
•Usted, yo, ¡todos! Tenemos un pasado porque hemos vivido
•A Globovisión la dejan fuera para quitarse una piedra en el zapato
•“Las mujeres pueda que sean capaces de fingir un orgasmo. Los hombres pueden ser capaces de fingir una relación completa”. Sharon Stone
•Hay gente que le habla a uno como si le fuese a decir un secreto. Uno se entusiasma y luego viene la decepción
•¿Recuerdan la frasecita “exprópiese”? Ahora con nuevos protagonistas se cambiará por ¡incáutese! donde también nos cogerán por incautos
•La mujer venezolana, más que con su voz ¡canta! con su manera de caminar. No hay manera de no seguirla
•La muerte (palabra que ahora se cambió por venceremos) no es del todo mala. Fíjense Uds., muchos seres humanos mejoran con la muerte pues pasan a ser buenos: el bueno del que se murió. Pocos son los que se atreven a sacarle los trapitos al sol a quien los percudió durante toda su vida una vez que pasa a mejor vida
•Hablando de la muerte ¡Qué temita!, ¿verdad? Yo no le puedo garantizar que exista vida después de ella pero tampoco que no. Ni me estoy muriendo por averiguarlo. Que lo haga otro si siente la urgencia en saberlo. Luego me lo puede venir a contar
•Mi pobreza material durante mi infancia me obligó a usar mis pies como juguetes; ahora, ellos juegan conmigo cada vez que meto la pata
•Uno tiene que vivir un eterno romance consigo mismo para poder tenerlo con los demás
•Ya después de cierta edad, el hombre mujeriego debe aquietarse y dejar de andar persiguiendo mujeres. Llegará el momento en la cual les dé alcance sin saber para qué las andaba persiguiendo
•“La mayoría de las personas nos despertamos de buen humor”, ese titular lo leímos en EL IMPULSO esta semana. Si le agregamos la posibilidad de levantarnos con el pie derecho, estamos hechos. Para evitar levantarse con el pie izquierdo, arrime el lado izquierdo de la cama contra la pared y asunto arreglado
•Cuaresma es tiempo de meditación. Meditemos sobre este pensamiento del dramaturgo Irlandés George Bernard Shaw: “Hay una sola religión aunque hay cientos de versiones de ella”
•Hablando de religión,, en cierta ocasión, a una niñita hispana a quien le hacía una entrevista oral para determinar si necesitaba asistencia individual en su inglés, le pregunté: I think I’ve seen you before. Was it at church? (Creo que te he visto antes. ¿Sería en la iglesia?) Hace con un movimiento de cabeza que no. De nuevo le pregunto:
Are you a catholic? (¿Eres católica?) Sin mucho aspaviento me respondió: What is that?(¿Qué es eso?) ¡Plop! No hubo más preguntas sobre religión
•Encontrarle lo bello a las cosas pequeñas es transformar lo ordinario en extraordinario. Es bueno recordar que llevando una vida simple también la podemos hacer dulce
•El otro día fui a La Colonia Tovar y entré a una tienda de antigüedades antiguamente visitada por mí. Al nomás entrar le pregunté a la dueña (una amable señora con aires de reliquia) Doñita, ¿cuenta con alguna novedad? Su respuesta: “Sí, lo nuevo que tengo está en el fondo, en aquella vitrina”. Lo nuevo era un mini baúl y un aguamanil ¡Cosas del idioma!
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