Durante un recorrido por diferentes establecimientos de venta de respuestos automotrices, a lo largo de la avenida Rómulo de Gallegos en Barquisimeto, se pudo conocer que tras el anuncio de la devaluación del bolívar el pasado miércoles, muchos comerciantes debieron incrementar los precios en al menos 46%, luego de haber tenido que aplicar un aumento de 45% en diciembre del año pasado, por lo cual, desde ese mes hasta la fecha, los clientes han percibido un alza de más de 90%, y están comprando menos.
Sin embargo, este es sólo el caso de los detallistas, quienes en muchas ocasiones adquieren sus mercancías directamente de mayoristas, quienes a su vez compran los repuestos por lotes a fabricantes y proveedores en el extranjero, para lo cual deben adquirir divisas. Uno de estos mayoristas conversó con el equipo de EL IMPULSO, bajo condición de que no se revelara su identidad. Señaló que a través de algunos medios impresos regionales, se ha informado que los mayoristas han dejado de despachar.
«Eso es totalmente falso», expresó, asegurando que siguen vendiendo a los detallistas del sector automotriz lo que aún tienen en existencia, pues las crecientes dificultades para obtener divisas por Cadivi, a la que se suman la reciente eliminación del Sitme y la escasez de moneda extranjera incluso en el mercado paralelo, les han impedido reabastecerse de mercancía al mismo ritmo que crece la demanda.
Al respecto, aclaró que son los importadores y los mayoristas quienes son mayormente afectados por la sequía de divisas en el mercado, ya que los detallistas y los mecánicos trabajan directamente con bolívares. «Más del 90% de los respuestos que se comercializan en el país son importados.
Sólo en algunos casos, como en la fabricación de pistones, hay producción de buena calidad a nivel nacional, pero resulta que el pasador para la biela, elemento esencial para el acabado del pistón, es importado, y esa industria está, por lo tanto, paralizada, porque no puede adquirir una pieza por la falta de divisas», señaló el importador.
Admitió que en el pasado ha tenido que recurrir al mercado paralelo de divisas, pero tras ser víctima de una estafa, decidió irse con más cuidado. Sin embargo, destacó que ese es uno de los riesgos a los cuales se enfrentan los comerciantes quienes importan mercancía, no sólo en el sector automotriz, sino también en los de ferretería, construcción, ropa, línea blanca y marrón, y cualquier otro en cual se importe. “La estafa de la cual fui víctima, no pude denunciarla, pues es ilegal, según la Ley de Ilícitos Cambiarios, obtener divisas en el mercado paralelo”.
Pero ante los obstáculos burocráticos para procesar solicitudes a través de Cadivi, muchos mayoristas van al mercado negro para honrar las deudas con sus proveedores en el exterior.
Vía crucis para divisas
Los importadores de repuestos señalan que sus proveedores en el extranjero les conceden créditos por un máximo de 30 días, los cuales comienzan a correr una vez que Cadivi emite la autorización de entrega de divisas, las cuales pueden tardar entre seis y siete meses en ser liberadas directamente al proveedor. Como el mayorista debe honrar su deuda con el proveedor en un mes, el mercado paralelo es su única opción para obtener divisas y pagarle. Pero antes, debe solicitar un certificado de no producción ante el Ministerio de Industrias Ligeras y Comercio, cuya entrega puede demorar cuatro meses, por lo que las divisas tardan hasta un año.