Dice el artículo 43 de la Constitución: “El derecho a la vida es inviolable. Ninguna ley podrá establecer la pena de muerte, ni autoridad alguna aplicarla. El estado protegerá la vida de las personas que se encuentren privadas de su libertad, prestando el servicio militar o civil, o sometidas a su autoridad en cualquier otra forma”.
La fatídica madrugada del 25 de enero del año en curso sucedió en el Centro Penitenciario de la región centro Occidental conocido como Uribana, lo que para mucho es uno de los hechos (masacre)más sangrientos acontecidos en la región. Lo que sería una acción necesaria como lo es una requisa, se convirtió en un hecho macabro, atroz. Paradójicamente el estado venezolano, representando en el gobierno, tiene la obligación de preservar la vida tanto en el país, como dentro de los recintos carcelarios. Pero otra realidad acontecía en el ambiente, decenas de muerto dibujaban las escenas de dolor en el funesto patio y las fotografías en las redes describían otra realidad. Uribana como reclusorio ocupa el segundo lugar de peligrosidad en el país la cual fue construida en el año 1998, con una capacidad para 891 internos para la fecha existían 2.490, el hacinamiento se ubica en más de 300%.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece en su artículo 272. Lo siguiente: “El estado garantizará un sistema penitenciario que asegure la rehabilitación del interno o interna y el respeto a sus derechos humanos. Funcionarán bajo la dirección de penitenciaritas profesionales con credenciales académicas universitarias, y se regirán por una administración descentralizada, a cargo de los gobiernos estatales o municipales, pudiendo ser sometidos a modalidades de privatización…. Si se cumpliera la constitución los centros penitenciarios deben ser dirigidos por los gobiernos regionales y locales, pero lo insólito es que en los calabozos de la comandancia de policía de Lara y en algunas comisarías existen más de 500 detenidos los cuales no pueden permanecer más de 3 días detenidos (sin la intervención de los entes que le competen) en estos sitios, y llevan años por las mezquinas diferencias políticas hacia el gobernador del Edo Lara. Ahora que dice la ministra para asuntos penitenciarios Varela: “Que la difusión de la noticia de la requisa en Uribana detonó la violencia en el penal”. Cómo podemos salir de esta situación con tanto caradurismo e ineficiencia. El Rodeo, la planta y ahora Uribana.
Desde la creación de este ministerio y su nombramiento han muerto 869 reclusos, se dice rápido pero hay que ver cuantas tragedias familiares se agrupa en esa cifra. Mientras esto sucedió en nuestra tierra crepuscular el principal centro asistencial hace lo que puede para salvar vidas de cientos de heridos que siguen llegando y a menos de 15 días de los sucesos el gobierno celebra la intentona golpista del 4/F y la Burgo maestra de Iribarren se prepara para las festividades Carnestolendas.
El ilustre amigo filosofo popular me envió este mensaje: “Eva le pregunta a Adán después de haber sido expulsado del paraíso. ¿Y dónde estamos? Bueno dice Adán: Estamos desnudos, no hay luz, no tenemos comida, todos hacen lo que les viene en gana y nadie gobierna”. Creo que estamos en Venezuela. Termino este escrito con una frase del genial cómico mexicano Mario Moreno Cantinflas:
“No es lo mismo ¡Viva la revolución!, qué: ¡Qué revolución tan viva!
