#Opinión: Desabastecimiento

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Lo común

Hablar de desabastecimiento es hablar de algo tan cotidiano que, más bien, nos da lástima decir que hace falta algún producto, ya que, actualmente, aparte del artículo que no se consigue, más dolor da el saber que si lo consigues es con un precio súper alto. Esto nos ha llevado a tomar medidas en el asunto, ya que hay algunos productos de primera necesidad que en los anaqueles no se encuentran; por ejemplo, les recomiendo que si no consiguen harina y mucho menos pan bueno, habrá que sancochar yuca, ¡a falta de un artículo traten de aprender a compensar con otro! Ojo, no estoy diciendo que hay que cambiar nuestros hábitos alimenticios, pero si los invito a tratar de suplir por un tiempo el producto más necesitado en todos los hogares venezolanos. No al comunismo, hay que despertar frente a estos buitres hechos los buenos.

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Oger Gómez

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Abundancia y escasez

Este régimen ha repetido hasta la saciedad que la culpa de la escasez de los insumos para la industria de la construcción, de alimentos, del gas, de electricidad y de cualquier producto que usted se pueda imaginar es culpa del imperio o de los especuladores. Yo no sé si todavía hay venezolanos que se comen este cuento, ¿cuándo, este gobierno, va a asumir su responsabilidad y reconocer que ellos no son dueños absolutos de la verdad y entender que existen venezolanos que, aunque no piensan como ellos, están dispuestos a invertir y ayudar con ideas para que de una vez por todas salgamos de esta escasez que esta afectando la calidad de vida de todos los venezolanos?

En la cuarta república, cuando había escasez era muy puntual, en algún momento hubo de arroz porque se perdieron cosechas, pero nunca hubo una tan grande como la actual.

En los gobiernos anteriores se cometieron errores como el mal uso del poder, la mentira, la manipulación y corrupción de algunos funcionarios públicos, pero nunca una corrupción generalizada estimulada desde la cúpula del poder. Aun así, en esas administraciones, había incentivos para que los productores de bienes y servicios produjeran en grandes cantidades, es decir, en nuestro país ya sabemos como producir, ya conocemos la fórmula, en lo que estábamos fallando era en cómo mejorar el método para optimizar la calidad y cantidad.

Resulta que, después que llegó la revolución, esta ha usado todo su verbo para demonizar a los productores y creyeron que el estado solo podía abastecer el mercado sin ayuda de los comerciantes e industriales, ¡qué equivocados están! Es por eso que la realidad les esta explotando en la cara, ¡zapatero a su zapato! El Estado no tiene porque competir con los empresarios, en todo caso lo que debe es estimular a la economía para que así haya muchos competidores y esto nos lleve a la abundancia de manera que se beneficie el consumidor, pues habría una sana competencia entre los proveedores en calidad y precios, y ¿quién puede especular cuando hay abundancia y variedad de productos como es en otros países y como hasta hace poco fue en nuestro país? De manera que, el gobierno, tiene que simplificar los controles, no seguir con las expropiaciones, crear un clima jurídico que brinde confianza a los inversores. En fin, en Venezuela necesitamos un gobierno que crea en el progreso, que sea serio y responsable.

Alirio Palencia

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No hay papa, no hay humo
Estos carnavales pude visitar a un amigo en el caserío El Junco, en Urachiche, estado Yaracuy. En son de broma le dije: Compa, ¿por qué no sale humo del fogón? Me respondió: es que cuando no hay papa, no hay humo. Explíqueme cómo es eso- le dije yo. Muy fácil, en estos últimos años, no hemos podido producir nada, no tenemos caraotas ni maíz. En años anteriores sembrábamos con la ayuda de una empresa llamada Agroisleña, quien nos suministraba el fertilizante y el veneno, además nos facilitaba efectivo para pagar nuestra alimentación y las demás faenas mecánicas, al final, después de la cosecha, pagábamos el crédito y nos daban las ganancias. Así vivíamos produciendo la papa para nuestra comunidad y el municipio; pero como las cosas buenas no duran, en mala hora, al gobierno se le ocurrió la idea de expropiar algunas fincas productoras agrícolas y ganaderas, nos hicieron formar una cosa llamada cooperativas formada por 20 campesinos, que antes teníamos un conuquito, nos dieron un crédito y vino un señor político que no sabía nada de agricultura a asesorarnos. Con el dinero fuimos a comprar los insumos, nos dirigimos a Agroisleña, primera sorpresa, le habían cambiado el nombre, ahora se llamaba Agropatria, preguntamos ¿Hay semilla?, no hay. Abono, no. Veneno, no. Nos regresamos y dijimos esto se debería llamar ‘Agronada’. Sembramos y por lógica la producción fue muy mala, Agropatria se la llevó y cuando fuimos a buscar las ganancias, más bien estábamos endeudados. Hicimos una reunión con el asesor político que ya andaba en una camionetota de las que llaman 4×4. La reunión parecía una gallera igualita a las de la Asamblea Nacional, nos dijimos ladrones, corruptos y también nos fajamos a golpes, ¡al final quedamos divididos, igual al país! En conclusión, compa. Aquí, mientras el campesino no produzca, habrá escasez. Me vine cavilando, como un campesino ve la solución tan fácil al problema de la escasez. Dejen la propiedad privada quieta. Denle crédito al productor y que haya insumos para el agricultor e industrial.

Marcelo Piña

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Desabastecimiento: Incapacidad Gubernamental

A este gobierno le molesta cuando se habla de desabastecimiento y es una realidad inocultable, veamos ¿por qué? Antes de que comenzara el Gobierno Socialista, es decir, durante el período democrático de nuestro país, cuando había alternabilidad de gobiernos, no se produjeron desabastecimientos en los productos básicos como ocurre en este mal llamado socialismo. No cabe duda de que hablar de desabastecimiento es hablar de incapacidad. Crearon un ministerio para la alimentación, el cual supuestamente controlaría la escasez, el acaparamiento, el desabastecimiento y hasta ahora lo que ha hecho es bla, bla, bla…, tal como lo hacen los demás organismos del gobierno.

Crearon PDVAL, MERCAL, CVAL y quien sabe cuantos organismos más para garantizar el abastecimiento y de que los productos de primera necesidad llegasen a donde deben llegar, al pueblo, pues, todo comenzó con bombos y platillos, como todo lo que hace este gobierno, fiestas cuando comenzaron a funcionar los PDVAL, las bodegas de los barrios, los MERCAL, los Mega-Mercal, en donde tristemente colocan a los militares a vender papas, cebollas y cuantas cosas se les ocurría y que para mitigar el hambre del pueblo.

Bueno, han transcurrido 14 años y ya la mayoría de los organismos o, no funcionan o resultan inoperativos, porque simplemente no hay productos. Si hacemos un tour por cualquiera de los centros de abastecimiento no encontrarás leche, azúcar, aceite, harina, pollo y ahora tenemos que agregar papel toillet y crema dental, anteriormente comprábamos lo que se nos antojara, ahora tenemos que comprar lo que se le antoja al gobierno, ¡se acabó la variedad de productos!.

Cuando estamos en un mercado o supermercado, es cuando nos damos cuenta del cambio negativo o retroceso que ha sufrido nuestro país, no hay variedad de producto, no hay competencia, porque no se consigue nada o muy poco, ¡todo es racionado! Parece mentira, pero cada vez nos parecemos más a Cuba, gracias a los flamantes gobernantes cuya incapacidad o ignorancia es cada vez mayor.

Mientras tengamos una economía de puerto, en donde no se estimule la producción interna y se siga en la loca carrera de expropiaciones e invasiones y el productor del campo, el hacendado, el empresario y todo aquel que desee invertir sea visto como un enemigo de la “revolución bonita”, nuestra economía seguirá a pique y no tardará en que toquemos fondo.

Por esto considero que el desabastecimiento es producto de la incapacidad gubernamental para afrontar este problema que día a día se agudiza y profundiza cada vez más, no es de extrañar de que muy pronto aparezcan las famosas libretas de alimentación cubana, es lo único que nos falta para parecernos a ellos.

Emilio Carao

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El desastre de las expropiaciones

La ola de invasiones y expropiaciones dinamitó el desabastecimiento de muchos productos de consumo masivo en el país. Por otro lado, intereses politiqueros y compromisos alegres e irresponsables, hicieron desastres en la producción nacional, esto a su vez desencadenó el encarecimiento de algunos rubros casi en peligro de extinción.

¿Cómo es posible que los consumidores en un abasto se peleen porque llegó pollo, papel sanitario, azúcar o harina precocida? Nunca había visto algo semejante. Ah, pero con un bajo grado de inteligencia, cero visión futurista y muy poco amor por desarrollo económico del país, se mostraron Loyo y Jaua orgullosos y muy ufanos propiciando invasiones y expropiaciones de centrales azucareros, fincas en plena producción e industrias bien consolidadas, dizque para aumentar, multiplicar, la eficiencia productiva con «alta» tecnología cubana e iraní; aunado a esto los inmensurables conocimientos y basta experiencia de ambos ministros.

¿Acaso alguna de las empresas invadidas o expropiadas, ha superado el desastre causado por el asesoramiento perfecto de esos eminentes ministros ajenos a las actividades productivas?

Resulto una torta, una payasada las brutalidades e inventos plantados en el Valle del Turbio. Una vergüenza nacional producto de la ignorancia que nada ha llevado a los anaqueles de bodegas (ni de Mercal) abastos y supermercados.

El desabastecimiento se ve, se siente, realmente no es una sensación ni manipulación mediática de El Impulso ni Globovisión. ¿Y ahora con el $ a 6.30?

Mirna M Bustillos de Tori

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Empeoramiento de los servicios

En el preciso momento que comenzaba a escribir sobre este tema ocurre el famoso apagón del miércoles 13 de febrero que afectó a varias ciudades del país. Esto demuestra que el desabastecimiento en Venezuela ha llegado a extremos tales que los principales servicios como el agua y la electricidad también desaparecen de repente. Son muchas las causas que ocasionan estas irregularidades y una de ellas es que ahora somos un país importador. Esto se debe a las malas políticas económicas implantadas por el actual gobierno, cuyo principal líder se encuentra supuestamente en Cuba haciéndose unos tratamientos médicos. Por ello, mientras continuemos gobernados por estos señores, Venezuela seguirá rumbo a una pobreza extrema.

Neptalí Paredes

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Desabastecimiento anunciado

La consecuencia casi inmediata de la ingrata pero necesaria devaluación del pobre y débil bolívar es la de un desabastecimiento anunciado, de mucho de los productos básicos que de hecho antes de esa medida aparecen y desaparecen de los anaqueles, como el azúcar, café, harina pan, papel sanitario, crema dental, el que más nunca se vio aceite, como algunos otros productos que tenemos que comprar en sustituto de nuestras marcas preferidas.

La devaluación, como la mencioné, “necesaria”, incluso todavía a un nivel inferior según los economistas que verdaderamente conocen la materia, consecuencia de la mala política de este inepto gobierno tiene necesariamente que incidir sobre la inflación. Más en nuestra economía dependiente casi exclusivamente del dólar, al tener que importar la mayoría de los productos que consumimos tanto alimentarios, como para la satisfacción de nuestras necesidades en cuanto a salud, transporte, vestido…, siendo lo más lógico que tiene que haber un reajuste de precio y, por ende, el incremento de la inflación. ¿Qué hace el gobierno? Pues, de una manera irresponsable cree que con una política de coacción al aplicar la congelación de los precios va a detener este flagelo y trata de obligar a los comerciantes a trabajar a pérdida. Estos ni tontos que fueran dejan de proveerse de estos productos y aquí viene la gran escasez.

Si las políticas se aplicaran en una forma planificada, y no estuvieran contaminadas con una visión equivocada de gobernar para una sola parte del país y peor aun en beneficio de una cúpula minúscula que es la que se enriquece groseramente a través de una palpable y patética corrupción, la situación fuera otra. En primer lugar no estuviéramos en la situación que ya estamos, y ya reconociendo que estamos en ella, no sigan aplicando las restricciones como un resorte que cuando la presión venza se liberan estas nefastas consecuencias como son la inflación, el desabastecimiento y nuestra ya deteriorada calidad de vida.

René Roberti


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Próximo Tema:

¿Qué opina de la renuncia del Papa?

Luego de la decisión hecha por Benedicto XVI sobre la renuncia al más alto cargo de la iglesia católica, ¿Qué opinión le merece? ¿Qué podría acarrear la decisión del Pontífice? ¿Cómo se siente la comunidad católica?
Envíenos su opinión a [email protected], hasta el 22 de febrero y será publicada el lunes 25 de febrero en la página 2 del cuerpo A

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