Baruj Benacerraf, durante su maravillosa vida obtuvo valiosos reconocimientos, aparte del Nobel por supuesto, que enaltecen su prolija y exitosa carrera científica, que ejerció hasta muy avanzada edad, en 1971 fue elegido Miembro Distinguido de la Academia de Artes y Ciencias de Estados Unidos, en 1990 recibió la honorable distinción de la Medalla de La Ciencia, ejerció la Cátedra de Medicina de la afamada Universidad de Harvard y fue su Jefe de Patología durante 21 años. En nuestro País, fue Miembro Honorario de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina.
El dinero que recibió en 1980 cuando se le otorgó el Premio Nobel, lo donó íntegramente al Instituto contra el cáncer Dona Forber de Boston, en un gesto hermoso digno de todas las loas posibles, que solo enaltece aún más su alma bondadosa.
Cuando por estas distantes latitudes venezolanas, se supo del honor otorgado Benacerraf, el diario El Nacional en fecha 14 de Octubre de 1980, publica una breve entrevista telefónica que en español se le hiciera, en la que se lee: “No, nunca se espera un Premio Nobel… mi Padre fue uno de los fundadores del Banco Unión, mi familia sigue conectada a los negocios. Yo me dediqué a la medicina y mayormente a la inmunología…La Secundaria la estudié en Francia y los estudios Superiores en USA, la Primaria la estudié en Caracas, no recuerdo el nombre del colegio…Por supuesto que me siento Venezolano, tengo unas raíces que son puramente de allá. Es un honor para mí que un latinoamericano, un Venezolano, sea premiado en esta Forma”.
En 1.983 visitó nuestro País, dictando una conferencia magistral en el VI Congreso Latinoamericano y Primer Congreso Venezolano de Genética, realizado en Maracaibo, estado Zulia.
Su única hija Beryl Benacerraf, siguió sus pasos y en la actualidad ejerce de Profesora de Radiología en la Escuela de Medicina de la Universidad e Harvard.