0502jlm01
Jonny Escobar: Crisol de cultura viva
El 1 de febrero del presente año en horas de la mañana, tras el silencio y el recogimiento espiritual que se impone en nuestros pueblos, nos llegó la infausta noticia sobre la desaparición física del joven músico, compositor y arreglista Jhonny Escobar Figueroa, producto de una infección que afectó todo su organismo. La noticia nos dejó atónito y le estremeció el corazón a todo el Estado Nueva Esparta, donde el artista había escalado un sitial preponderante como excelente ejecutante de la bandolina, bandola, cuatro, guitarra y otros instrumentos. Nació en Pedregales, Municipio Marcano, un 26 de julio de 1972, hijo de Lourdes Figueroa y Juan Escobar.
Desde muy niño se dedicó al estudio de la música, orientado por su tío José Gregorio Figueroa, quien acertadamente lo indujo por ese camino. Inició su carrera musical en la Escuela “Luís Manuel Gutiérrez” de Juangriego, allí recibe sus primeras lecciones impartidas por el recordado maestro Asunción Gutiérrez, luego lo especializan en la bandolina los reconocidos músicos margariteños Erasmo Cardona, Beto Valderrama Patiño y otros. A corta edad conforma el grupo «Cabuya de Barco» con su tío José Gregorio. Más tarde, funda con otros músicos de la isla el emblemático e innovador grupo Opus 4. En esa búsqueda de la variedad musical ingresa como tecladista a la famosa “Toros Banda Show de Margarita”. Más tarde participa de la Banda de música Pop de Jennifer Moya, entre otras agrupaciones.
Fue reconocido en otros lugares del país como uno de los mejores ejecutantes del bandolín, poseía un estilo muy especial, el entretejer de sus ágiles manos arrancaban de su instrumento una dulzura pura y armónica. Nos representó en varios países del mundo, llevó la música margariteña más allá de nuestras fronteras. Su magistral música revivía un otrora de la Venezuela romántica, precisamente, cuando al paso de la noche o en la fría madrugada bañada por la luna de abril, se dejaban escuchar cual un eco lejano las notas de un vals, polo, malagueña, bambuco, arrancadas de las sonoras cuerdas de la bandolina, el cuatro y la guitarra.
Jhonny Escobar fue un crisol porque le dio a la música margariteña otro matiz, le imprimió un nuevo estilo a sus creaciones y arreglos, así nos ha legado no sólo la gran manifestación cultural que hemos disfrutado, sino múltiples elementos culturales valiosos que quizás sean anuncios de esta nueva cultura musical. Fue cultura viva, despierta en la memoria, latente en los cuerpos, avivada en la fe, en el amor y manifestada tanto en la pasión, el trabajo, el compromiso, así como en la creatividad.