El marcador final reflejó un 2-0. Es cierto. Pero, pese a la derrota, el Club Deportivo Lara dejó buenas sensaciones –especialmente en el segundo tiempo- con destellos de un juego vertical, profundo y buen manejo de pelota, lo que invita al optimismo e incluso permite soñar con pelear uno de los dos boletos a la siguiente fase de la Copa Libertadores.
El cuadro rojinegro le plantó cara a Universidad de Chile –uno de los mejores de Suramérica y que cuenta con hombres desequilibrantes de mitad de cancha para adelante- y vendió cara su derrota. Durante los primeros minutos pasó apuros, porque se defendía al borde de su área, pero con el correr del partido se sacudió el dominio e insinuó en ataque. No desentonó, ni le rehuyó a un rival de cartel.
En algún momento del partido lo metió en aprietos y le creó peligro, pero –gran detalle- faltó puntería y desaprovechó la oportunidad de arañar, cuando menos, un punto. Era un partido para empatar y en algún momento hizo méritos para lograrlo, pero, lo dicho, no cristalizó las ocasiones –algunas muy claras- y lo pagó caro.
“En la mitad de la cancha cuando hicimos los cambios el equipo fue más. En ese aspecto el cuerpo técnico creo que leyó bien el juego, tuvimos tres ocasiones, cuando pudimos pasar del 1-1 o incluso hasta el 2-1 a favor, lo terminamos perdiendo 2-0 y no creo que haya sido la diferencia en el partido”, señaló Bastidas, en un comunicado de prensa, al hacer su análisis del compromiso.
Acertado. El segundo gol del cuadro chileno llegó cuando el CD Lara vivía sus mejores momentos. De todos modos, el desempeño del equipo, más allá del marcador, fue correcto, salvo algunos detalles con la defensa –por momentos insegura y vulnerable- y la mala salida de Alan Liebeskind en la jugada del segundo gol. Claro que no puede achacarse ninguna culpa al cancerbero, porque, por el contrario, detuvo pelotas claves y ayudó a que el marcador se mantuviera cerrado hasta bien entrado el segundo tiempo.
Bastidas, lejos de hacer reproches a sus dirigidos, sacó conclusiones positivas y defendió la actitud que tuvieron a lo largo de los 90 minutos.
“Lo que faltó en el primer tiempo fue esa precisión en la habilitación al área, mientras que en el complemento nos faltó la claridad para finalizar la jugada.
Hicimos un buen partido, un desgaste, lo planteamos de la mejor manera, el grupo se va molesto porque no se consiguió lo que vinimos a buscar y más ante un rival como la U. La gente creía que el Deportivo Lara le iba a dar los puntos fáciles a los rivales y creo que se están dando cuenta que no va a ser así”.
Es apenas el inicio del camino y al cuadro larense le tocó bailar con la más fea del grupo. Nada para alarmarse. Todo lo contrario, queda la sensación de que el equipo larense no está tan lejos del nivel de los demás equipos del área y puede hacerlos sufrir en el Metropolitano de Cabudare, reducto en el que debe salir victorioso ante sus tres rivales para potenciar sus posibilidades de clasificación.
Argumentos parece tener, aunque debe hacerse ajustes. Pero el equipo está para competir. Al menos, eso demostró en el estadio Nacional de Santiago.
Foto: Reuters/Archivo