De acuerdo a las Sagradas escrituras, Jesús decía: “Donde dos o más se reúnan en mi nombre, allí estaré presente” (Mt. 18,20) Luego su muerte, fue emprendida una feroz persecución hacia todo aquel que dijese o se sospechara que era seguidor de sus enseñanzas, por tal razón los primeros cristianos hubieron de reunirse secretamente en las catacumbas para realizar las ceremonias que en aquellos lejanos tiempos empezarían a constituir los rituales y el dogma de la naciente religión. Pasaron los años y el asedio hacia los cristianos no cesaba, hasta que el emperador romano Constantinolo decreta religión oficial del imperio en el año 313 a través del Edicto de Milán. Desde entonces pudiese decirse que los feligreses podemos visitar tranquilamente los templos.
El término Iglesia, que somos todos, también lo usamos para señalar el recinto donde acudimos para realizar nuestras oraciones, algún acto ceremonial como bautizo, primera comunión, matrimonio o asistir a la más importante de nuestras celebraciones: la Santa Misa, que a mi modo de ver no es una asistencia obligada, ya que la misma constituye esa fiesta dominical a la que todos hemos sido invitados.
Sin embargo, como católico que conjuntamente con dos, tres, veinte cincuenta o más nos reunimos en la presencia del Señor para participar en la Sagrada Misa, veo con preocupación que algunas personas no guardan el debido comportamiento en esa casa de oración. He observado a adultos que a pesar de que tan sólo es una hora y una vez a la semana su compromiso con Dios, no pueden dejar para otro momento sus comentarios personales amén del irresponsable hecho de realizar y recibir llamadas y mensajes de texto desde su celular. Alguien argumentaría: ¿Y si es médico? yo le respondería antes existían esos y otros profesionales y no había celulares.
En misa la comunicación es sólo y exclusivamente con Dios. Por otro lado,hace unos domingos observé un grupo de jóvenes que están siendo catequizados para recibir el Sacramento de la Confirmación en la fe de Cristo, allí mismo, en el interior del templo y durante la misa, no dejaron de masticar chicle, enviarse correos con sus celulares, pellizcándose y peor aún, quienes venían de comulgar, no paraban reir; es decir, actuando como si ese recinto fuese una plaza, mercado o simplemente un sarao cualquiera. Algo muy serio está pasando con los principios: no son inculcados o simplemente no se tiene conciencia del recato y respeto que le debemos a la Casa de Dios.Todos los días gracias al Señor, tenemos la oportunidad de revisarnos, ver en qué fallamos y rectificar.
Sirvan estas palabras para que aquellos que actúan ligeramente en Misa, corrijamos nuestra errática conducta para seguir recibiendo con todo gozo las bendiciones de Dios
Saúl E. Aguilar V.
#opinion: Iglesia templo respeto y solemnidad. por: Saúl E. Aguilar V.
-
- Publicidad -
- Publicidad -
Más leido hoy
FOTOS | VIDEO | La Divina Pastora visita a la UCLA: Un encuentro de fe y devoción académica #10Abr
La Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) se vistió de fe y devoción al recibir la visita de la sagrada imagen de la Divina Pastora,...
- Publicidad -
Debes leer
Canares: La clave del éxito para restaurantes está en la calidad del servicio#15Abr
Iván Puerta, presidente de la Cámara Nacional de Restaurantes (Canares), informó que el sector de restaurantes en el país se encuentra preparado para la...
- Publicidad -
- Publicidad -