Siguieron el ritmo de esta amena conversación el arquitecto Juan Manuel Carmona, director de EL IMPULSO; Violeta Villar Liste, jefa de Información; Maryorit Peroza, periodista de elimpulso.com y quien suscribe estas líneas.
Dispuesto el escenario, la bailarina, docente y fundadora de la Escuela de Ballet Clásico del estado Lara, dejó al descubierto su vida y su pasión por esta rigurosa disciplina artística, destacando que se trata de un género que demanda entrega, dedicación y constancia.
“Hay que emprender con amor, entrega y pasión todo lo que se hace. Si no se es constante, no se obtienen resultados favorables”, expresó la mayor de seis hermanos, de padre comerciante y madre enfermera.
La licenciada en danza, barquisimetana y madre de dos varones, comenzó sus estudios de ballet bajo la tutela de Taormina Guevara a los seis años de edad. Alternó sus estudios de danza con sus clases en la escuela Wohnsiedler y el liceo Rafael Villavicencio.
“De niña era muy tímida y sumisa. El ballet me cambió la vida, por ello salía corriendo de las clases para ir a la academia. Fui muy precoz y debido a ello estaba con las más avanzadas”.
Giros
Taormina Guevara vio en Luisa Suárez la continuidad de su legado. Luego de 14 años en la academia, Guevara le ofreció a Suárez quedarse con la escuela, propuesta que la discípula rechazó y determinación de la cual hoy día afirma no arrepentirse.
A pesar de la negativa, Guevara gestionó una beca para la exitosa bailarina en la Unión Soviética. Se la llevó para New York a fin de ser evaluada por una de las mentoras de Taormina. Aprobado el examen, la decisión de quedarse en Barquisimeto pesó más. Tampoco se lamenta de esa osadía. Actualmente, los frutos de esa decisión le colman inmensamente el espíritu.
Fue una época decisiva, de pausas, giros, reflexiones y retornos.
Para la fecha, cantidad de incertidumbres asaltaron a la artista. Primeramente, no existían Compañías de Danza en el país, tampoco la licenciatura en danza, motivos que impulsaron a la bailarina a repensar su futuro.
Estudió Educación en la UPEL-IPB, se enamoró, se casó y se alejó del contexto artístico. De pronto, la fama no lo era todo. No obstante, esto sería por breve tiempo, ya que el destino la hizo regresar a su verdadera vocación.
Un puesto vacante para unas pasantías como docente en la escuela de María Luisa Álvarez Maguicha fue el punto de partida de una extraordinaria carrera como pedagoga.
Lo que comenzó como una ayudantía se transformó en siete años de trabajo.
Posteriormente, en 1993, el recién creado Sistema Nacional de Danza invita a Suárez a continuar su formación y a ser parte de la entidad.
En 2004, la apertura de la licenciatura en Danza en Unearte, satisface esa permanente sed de aprendizaje de Suárez, quien sacrificó gran parte de su tiempo para la carrera.
“El éxito está cargado de sacrificios y voluntad. En un momento creí no poder más. Impartía clases, me desempeñaba como directora artística en la Escuela de Danza de San Felipe, viajaba a Caracas por la licenciatura, entre otros compromisos. Gracias al apoyo de mi familia, logré salir adelante”.
Valió la pena. Como prueba piloto la danzarina abrió Vaganova, antecedente de la Escuela de Ballet Clásico del estado Lara. Desde entonces la institución se mantiene vigente, la clave, según la docente, ha sido no mirar atrás y seguir adelante.
El ballet como base
Suárez es una de las pocas formadoras con el título de licenciada en danza. Fue evaluada por el Sistema Nacional de Danza para poder impartir clases. Esto la lleva a preocuparse por la proliferación de academias, lo cual, a su juicio no está mal, siempre y cuando las maestras se preocupen, al igual que ella lo hizo, por profesionalizarse.
“Lara tiene algo especial. Somos muy musicales, muy artistas. Me preocupa que ese talento se pierda con una mala enseñanza o que los futuros bailarines se lesionen. Si bien, todo es práctica, el ballet es la base de todas las danzas y para ello se requiere trabajar sobre un piso de madera con cámara de aire, por ello, es muy importante que los padres consideren dónde inscribirán a sus hijos”. En ese orden de ideas sostuvo que el apoyo de la familia es fundamental.
Por otra parte, la bailarina abordó tres puntos vitales del medio, la versatilidad del espectáculo, consecuencia de la aparición de ritmos modernos; la necesidad de varones en la escena, el tabú sigue vivo; y la lamentable desunión de la danza como arte en vista de la alta competitividad.
Recordó que la escuela que dirige es la más económica del país y los varones no pagan.
XX Aniversario
La escuela celebrará su 20º aniversario con dos coloridas funciones los días viernes 22 y sábado 23 de febrero en el Teatro Juares a las 7:30 de la noche. El espectáculo consiste en un resumen de todos los bailes realizados por la academia a lo largo de 20 años. El show contempla el estreno del montaje Don Quijote.
El Circo conquistará la escena como primera parte del acto. Todos los personajes que componen esta manifestación saltarán al escenario con su vestuario particular. Payasos, arlequines, trapecistas, acróbatas, equilibristas, malabaristas, gitanas, fieras, domadores y bufones danzarán al compás de un melodioso popurrí. En este número, con una duración de 45 minutos, participarán todos los bailarines de la institución. El valse, joropo, tambores, golpes, entre otros bailes, también colorearán el escenario.
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La Fundación Escuela de Ballet Clásico del estado Lara “Luisa Suárez”, arribará a su vigésimo aniversario este 2013 y lo celebrará con un imponente espectáculo musical en el que participarán todas las bailarinas de la institución, además de danzarines invitados. Esta academia, bajo la dirección de Luisa Suárez, se ha distinguido por la calidad de sus espectáculos, los frutos cosechados a lo largo de dos décadas desde su fundación en 1992, el éxito de sus bailarines y las experiencias cultivadas.
La profesora Luisa Suárez, al hacer una retrospectiva de esos veinte años de trabajo, cuenta cómo fue elevar la institución y, en consecuencia, convertirla en una de las mejores del país. Bailarines en Francia, Londres, Panamá, Los Ángeles, dan cuenta del talento abrigado por la escuela.
A través de @elimpulso.com los usuarios participaron e hicieron sus preguntas a la docente.
@woropezaf ¿Es cierto que en su academia no pueden asistir niñas gorditas?
Eso era antes cuando se crea el sistema nacional de danzas y el gobierno asume toda la responsabilidad y nos decía que se debía escoger a las niñas como se hace en todo el resto del mundo. Pero yo no, si más bien la realidad es que yo acepto a una niña y la tarea es hacer que la niña tome consciencia de su peso. La idea es que entienda y mejore su condición. Por ejemplo, los traumatólogos me tienen llena la academia con niñas con problemas de columna, cadera, pie tumbado y he tenido que trabajar duro en eso, en hacer que las niñas controlen su cuerpo y tengan buena postura.
@AlfredoKbeza ¿Cuál es el reto más grande que tiene como instructora de una actividad tan compleja como el ballet?
El reto más grande es ser maestra de formación. Es difícil lograr que una niña desde chiquitica logre pasar tiempo en la danza y se enamore de ella. Tener alumnas que permanezcan en el ballet y lleguen a profesionales es mejor que cualquier otro premio.
Fotos: Elías Rodríguezal Desayuno Foro de EL IMPULSO