El ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, se refirió al ajuste cambiario de 4,30 a 6,30 por dólar que comenzará a regir hoy en el país, asegurando que “en el fondo, es un conflicto por la captación de la renta”.
“¿Quién produce las divisas en el país? –pregunta, y se responde–. De las exportaciones totales, que casi llegan a 97 mil millones de dólares, 95% las produce Pdvsa. El sector privado produce apenas 3 mil millones de dólares, pero demanda 30 mil millones. La renta no la produce nadie, sino que se capta del exterior. Este gobierno, tampoco la produce, pero trata de distribuirla y eso es lo que les molesta a algunos que antes se quedaban con esa renta. Dicen que estamos desangrando a Pdvsa porque destinamos una gran porción de los ingresos a lo social. Lo que querían era seguir desangrándola, pero para ellos. Si el presidente Chávez tuviera un solo mérito, ese sería el redistribuir esa renta socialmente. Son 500 mil millones de dólares redistribuidos hasta ahora. Lo que pasa es que mucha gente quiere su parte de la renta, pero de un modo egoísta, individual. ¿Entonces de qué estamos hablando, de un socialismo rentístico? Eso es una contradicción en los términos. Lo que tratamos de hacer –recapitula– es que la renta mejore el nivel de vida de la mayoría, que no se la apropien minorías para seguir acumulando depósitos en el exterior. A eso apunta la medida cambiaria”, aseguró en una entrevista al Ciudad Caracas.
Entrevista completa:
¿Por qué el control de cambio no ha logrado detener esa fuga de divisas?
Porque siempre hay filtraciones y siempre las habrá. Por ejemplo, se creó un mecanismo como el Sitme (Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera) que nació genéticamente perverso. Ahora hay que hacerle una anatomía patológica para saber cómo eran sus perversidades. Cuando creas un sistema de administración de divisas, el otro polo (la gente que quiere burlarlo y sacar provecho) nace automáticamente. Puedes perseguirlos, pero siempre le buscan la vuelta: la sobrefacturación, los containers llenos de piedra… trucos para lograr su meta: comprar barato y vender caro. Pero el régimen de administración se mantiene firme, no lo vamos a cambiar. Por ahí hay un señor, revolucionario él, que propone eliminar Cadivi y dejar todo libre. Bueno, si hacemos eso, las reservas internacionales no duran tres días.
¿Eso que dice del Sitme es una autocrítica?
No, el Sitme sirvió por un tiempo, pero no podía seguir. El Sitme se alimentaba de endeudamiento de Pdvsa y del Gobierno Central para suplirle recursos al sector privado a través de la banca. Era una alimentación indebida. Volvemos a lo mismo: la lucha de pequeños grupos por quedarse con la renta.
¿Seguiremos por la vía de la administración de divisas con ajustes cada cierto tiempo?, o estas medidas sanarán, finalmente, la enfermedad.
El que va manejando y ve un hueco tiene que esquivarlo, pero esa maniobra no lo salva de todos los huecos que haya después. Hay que analizar constantemente la realidad. El Gobierno tiene que orientar el uso de los recursos, que son limitados pero que serían más que suficientes para mantener saludable nuestra economía. Con 30 o 40 mil millones de dólares bastaría ¡Úpale, claro que sí!
Tanto los expertos opositores como muchos críticos revolucionarios dicen que es un «paquetazo». ¿Qué les responde?
Ajá, y si es un paquetazo, ¿dónde está la privatización?, ¿dónde está la desmejora en las leyes laborales?, ¿dónde está la injerencia del Fondo Monetario Internacional?… Es absurdo. Cuestionan que usemos la palabra ajuste ¡Son bien cretinos! Si un tipo tiene cien kilos de sobrepeso, más vale que se ajuste o le da una embolia o un infarto. Son medidas, cambios que deben hacerse para corregir desequilibrios. Y más en una sociedad como la nuestra, abierta al exterior, a la influencia de todo lo que está pasando en el mundo.
Se ha criticado la forma en que se manejó la información, eso de negar y negar hasta el último minuto y luego lanzar las medidas, a algunos les pareció «cuartorrepublicano».
—Sí, he leído a gente que afirma que era necesario decirlo con bastante antelación. Nosotros estamos combatiendo contra un enemigo que quiere desestabilizar y no podemos avisarle. Sería como si un judoka le dijera al rival, sé que este es tu punto débil y por ahí te voy a dar.
Lo que pasa es que muchos revolucionarios sienten que les pegaron a ellos, no a los enemigos de la derecha.
Sí, porque hay una cultura, un imaginario popular respecto al dólar. Mi hermano siempre pregunta: ¿cuántos dólares hay que pagar para ir a un CDI, a una escuela o a recibir una casa de la Gran Misión Vivienda? No se necesita tener dólares, ni siquiera haber visto uno en la vida, pero allí funciona el elemento ideología. Todos vivimos de la insaciabilidad del dólar, de una especie de ninfomanía dolarizada. Es una enfermedad del sistema rentístico.
Los expertos opositores dicen que esta medida fue tomada para mitigar el desabastecimiento. ¿Tienen algo de razón?
Esos expertos son provocadores de pánico. Logran que la gente acumule irracionalmente alimentos en su casa y luego hablan de escasez. Manejan lo invisible, el dólar, las transferencias, la acumulación de divisas en el exterior, y son los que más chillan porque tienen a su disposición la maquinaria mediática.