Si bien la Corporación Jacinto Lara (Corpolara) está al frente de la construcción de diez viviendas en el sector Brisas del Norte, de la comunidad Romeral, en la parroquia Tamaca, hace falta celeridad en la ejecución de los trabajos. Tardan en hacer realidad el sueño vecinal: un urbanismo moderno.
Hace tres meses replantearon el terreno para las bases y, fue hace dos días, cuando regresaron los obreros para echar los cimientos en los terrenos de otros beneficiarios. Contaban que ganaría las elecciones regionales Luis Reyes Reyes (presidente de la corporación); “Como no ganó la elección, los trabajos se atrasaron”, contó una de las vecinas.
Mientras tanto, Juana Principal, favorecida con una de las casas, aunque todavía reside en su humilde rancho de zinc, expone que las necesidades han sido muchas desde que ocupan el terreno. En primer lugar, los servicios públicos deficientes y, por otro lado, la falta de vivienda.
Hoy agradece a Dios, la construcción de su domicilio, sin embargo, siente como suyo, el dolor de quienes siguen sufriendo en la espera de una casa digna. “No es fácil vivir en un rancho. Mi casa la están empezando a levantar pero la lucha para obtenerla fue dura”.
De noche es un espanto
Para los residentes de Romeral, la ausencia del alumbrado público, es un detonante para la inseguridad en la zona. Se trata de una barriada semi-rural que aunque posee largos años de historia vecinal vive apartada de la civilización, de servicios públicos óptimos.
Los vecinos no tienen otra opción. Construyen de manera artesanal sus postes de electricidad. Los cables de alta tensión, cuelgan de un lado a otro, sobre palos y apoyados en las láminas de zinc de los ranchos. En este sentido, valdría la pena contar con la colaboración de Corpoelec a fin de legalizar el servicio eléctrico y además brindar iluminación a las calles, al menos, las principales.
Por si fuera poco, se suman los riesgos que corren los niños y demás integrantes del hogar, al tener contacto directo con los cableados instalados de forma improvisada. Ocurren frecuentes cortocircuitos como consecuencia de esa situación.
Asimismo, los residentes solicitan la rehabilitación vial a fin de mejorar los accesos a los diferentes sectores. Desde la entrada principal de Romeral II, hasta el último rincón del vecindario, hay evidencias del maltrato de la vialidad.
Algunos tramos se observan sin pavimento y, en otros casos, el asfalto está por desaparecer del largo tiempo que llevan sin mantenimiento.
Las pocas unidades del transporte público que circulan por la zona, es producto justamente del deplorable estado vial. Los conductores de busetas y “rapiditos” no se atreven a dar recorridos por tramos donde los cráteres acaban con el tren delantero y neumáticos en menos de tres meses. En este sentido, piden a la Alcaldía de Iribarren un operativo especial de bacheo.
Insalubridad
La comunidad Romeral, en el norte de la ciudad, es otro de los tantos lugares de las parroquias El Cují y Tamaca que no cuenta con el servicio del aseo urbano. Desde hace varias semanas, esperan por la recolección de basura. El Instituto Municipal del Aseo Urbano (Imaubar) tiene una enorme tarea de limpieza por hacer debido a los desperdicios acumulados frente a las viviendas, esquinas y otros espacios de la barriada. Moscas y roedores, proliferan en el lugar.