Con «Crepúsculo» formando ya parte del pasado, Hollywood se asegura el relevo y presenta con «Beautiful Creatures» un nuevo romance adolescente con elementos sobrenaturales, pero «más anclado en la realidad» que la saga de vampiros y que limita al máximo los efectos especiales.
La película, adaptada de una serie de libros de Kami Garcia y Margaret Stohl, se estrena este jueves en Norteamérica aprovechando la coincidencia con San Valentín.
El guionista y director neoyorquino Richard LaGravenese, quien ha escrito para Clint Eastwood, Robert Redford o Steven Soderbergh, se tomó, con la bendición de los autores, grandes libertades respecto al libro original para «centrar más la historia en los dos jóvenes», según explica a la AFP.
El filme sigue a Ethan (Alden Ehrenreich), un joven que adora los libros y que se aburre en la granja donde vive en el sur de Estados Unidos, confinado en un mundo beato. Sin embargo, la llegada de Lena (Alice Englert) lo cambiará todo.
Ethan se enamora inmediatamente de esta alma atormentada con poderes sobrenaturales que pertenece a una saga de brujas, que deberá prometer fidelidad, en el día de su 16 cumpleaños, a las fuerzas del mal o a las del bien.
«Lo que me gusta del libro es que, si le quitas lo sobrenatural, sigue siendo una historia interesante, basada en personajes reales», explica el cineasta. «Es lo que yo le decía a los actores durante el rodaje», y cita como ejemplo una escena que recrea una cena en familia donde la mesa se pone a dar vueltas sobre sí misma por un proceso mecánico y no por efectos especiales.
«La mesa da vueltas pero sigue siendo una reunión de familia en la que los padres se están peleando», subraya LaGravenese.
El director confiesa su voluntad de limitar al máximo los efectos especiales para no «eclipsar a los personajes o la historia, como lo han hecho muchas grandes películas populares». De la misma manera, intentó insuflar un poco de humor a la trama para mantenerla lo más anclada posible a la realidad.
«No podemos ser demasiado serios, sobre todo cuando hablamos de un mundo sobrenatural y trabajamos con personajes adolescentes», afirma el realizador. «La vida real es absurda. El humor participa en la honestidad del desarrollo. Y esto convierte a los personajes en más espirituales y más inteligentes».
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