Monseñor Antonio López Castillo: “Cristo, sumo sacerdote, sigue al frente de la Iglesia”

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Jesús, sumo sacerdote, sigue al frente de su Iglesia. La decisión, bajo la luz del Espíritu Santo, del papa Benedicto XVI, tomó por sorpresa a la feligresía de todo el mundo, incluso a los no creyentes, sin embargo, el Buen Pastor no desampara al rebaño. En un acto de humildad, el Sumo Pontífice comunicó su renuncia dadas las complicaciones de salud que presenta por su avanzada edad.

Y fue una decisión a la luz del Espíritu de Dios, porque justamente la importante noticia la dio a conocer justo cuando la Iglesia Universal celebraba ayer la Jornada Mundial de los Enfermos, día dedicado a la oración de los convalecientes, y también porque a partir de mañana, inicia uno de los tiempos litúrgicos más importantes: la Cuaresma.

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Es decir, para el momento de la elección del nuevo Papa, es cuando los católicos viven a plenitud la cuarentena de penitencia, oración, ayuno y abstinencia. Sin duda, un tiempo de gracia donde los cardenales que conformarán el cónclave podrán escoger movidos por una profunda espiritualidad al nuevo sucesor de San Pedro.

Sus palabras

“Os he convocado a este consistorio no sólo para las tres canonizaciones, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. Tras haber examinado repetidamente mi conciencia ante Dios, he llegado a la certeza de que mis fuerzas, dada mi avanzada edad, ya no se corresponden con las de un adecuado ejercicio del ministerio petrino.

Soy consciente de que este ministerio, dada su naturaleza espiritual esencial, debe ser llevado a cabo no sólo con palabras y hechos, sino también con oración y sufrimiento.

Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a cambios tan rápidos y sacudido por cuestiones de profunda relevancia para la vida de la fe, de cara a gobernar la barca de San Pedro y difundir el Evangelio, son necesarias tanto la fortaleza de mente como la del cuerpo, fuerza que en los últimos meses se ha deteriorado hasta tal punto en mí que he tenido que reconocer mi incapacidad para cumplir adecuadamente el ministerio que se me confió”, rezaba el comunicado del Santo Padre.

“No apegarse al poder”

A consideración del arzobispo de Barquisimeto, monseñor Antonio López Castillo, la Iglesia Católica debe asumir la decisión del Papa como un ejemplo de humildad que lleva al ser humano a un encuentro consigo mismo. “Reconociendo sus capacidades físicas, decide dejar el cargo dentro de la Iglesia para que esta encuentre un nuevo pastor con la fuerza necesaria y así continuar con la misión de Cristo”, dijo.

Considera una lección de vida el hecho de “no apegarnos al poder”. Con la renuncia del Papa, agregó, debemos recordar las propias palabras del Señor: “El que quiera ser el más importante entre ustedes, debe hacerse el servidor de todos. El que quiera ser el primero, se hará esclavo de todos”. Evangelio según San Marcos, capítulo 10, versículos 43-44.

Asimismo, exhortó a la comunidad de fieles a no perder la tranquilidad ni la paz que da el Altísimo, al contrario, comunicó la intención de reforzar las oraciones por el Santo Padre y el resto de autoridades eclesiásticas.

Hacer del tiempo de Cuaresma, una ocasión especial para acercarse al Todopoderoso y “confiar en la luz del Espíritu Santo que guiará y fortalecerá a nuestra Iglesia como hasta ahora lo ha hecho. Cristo, sigue al frente de la barca”, expuso.

Valentía

Por otro lado, monseñor Antonio López Castillo habló acerca de las características que debe poseer no sólo el máximo representante de la Iglesia católica en el mundo, sino el sacerdote por excelencia. El sacerdote es modelo de Cristo en la sociedad, tiene que contar con la bondad del hijo de José y María Santísima, pero al mismo tiempo lleva sobre sus hombros de pastorear al rebaño.

En este punto, detuvo su atención. López Castillo, recordó que la figura del Papa nos recuerda además la participación misionera de los apóstoles del Señor, en especial, el testimonio de fe de San Pedro, el primero en llevar el título, quien convirtiéndose en pescador de hombres supo reunir a las comunidades en torno a Jesús.

San Pedro es roca fuerte y la Iglesia continúa firme gracias a la absoluta confianza que puso aquel pescador pero valiente hombre; y al igual que el Mesías no descansó en hacer el bien al prójimo.

La valentía de San Pedro queda plasmada en el pasaje bíblico de Hechos de los Apóstoles (4, 1-21) cuando fue arrestado junto a Juan por haber sanado a un hombre tullido.

“Los apresaron y los pusieron bajo custodia hasta el día siguiente, pues ya estaba anocheciendo.
Pero muchos de los que habían oído la Palabra creyeron, y su número llegó a unos cinco mil hombres”. (Hc. 4, 3-4).

Defensor de la vida

El papa Benedicto XVI, decretó el Año de la Fe a finales del 2012 y el significado que tiene para los cristianos católicos permanece intacto, a pesar de la reciente decisión del Sumo Pontífice y es que el seguimiento es a Cristo, de lo contrario, la Iglesia habría perdido su razón de ser.

No obstante, como una fe sin obras es una fe muerta, tal como lo reseñan las mismas Sagradas Escrituras, desde que asumió el pontificado, en abril del año 2005, el papa alemán ha exhortado a los fieles a no tener comportamientos ajenos a los mandatos de Dios.

De allí que rechazara de forma contundente la legalización del aborto y el matrimonio entre los homosexuales. En el primero de los casos, defendiendo el derecho a la vida, en especial, de los no nacidos, alentando a las víctimas de violación a ofrecer sus sufrimientos como Cristo quien también padeció maltratos en su propio ser y, de no querer contacto con el niño (a), darlo en adopción para quellos padres que no pueden concebir.
Mientras que el matrimonio entre homosexuales nunca tuvo la aprobación del pontífice porque “al principio los hizo hombre y mujer y dijo: el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá con su mujer, y serán los dos una sola carne”, reza el Evangelio según San Mateo, en el capítulo 19, versículo 4.

Con los matrimonios entre divorciados, pidió que no fueran excluidos de la Iglesia, sino que gocen de la caridad fraterna, sólo que no pueden recibir la sagrada comunión.

Formamos un mismo cuerpo en Cristo 

-Las partes del cuerpo son muchas, pero el cuerpo es uno; por muchas que sean las partes, todas forman un solo cuerpo. Así también Cristo. Hemos sido bautizados en el único Espíritu para que formáramos un solo cuerpo…Un solo miembro no basta para formar el cuerpo, sino que hacen falta muchos. Supongan que diga el pie: “no soy mano, y por lo tanto yo no soy del cuerpo”. No por eso deja de ser parte del cuerpo.

Dios, al organizar el cuerpo, tuvo más atenciones por lo que era último, para que no se dividiera el cuerpo; todas sus partes han de tener la misma preocupación unas por otras. Si un miembro sufre, todos sufren con él; y si un miembro recibe honores, todos se alegran con él.

…Ustedes son el Cuerpo de Cristo, y cada uno en su lugar es parte de él. En primer lugar están los que Dios hizo apóstoles en la Iglesia; en segundo lugar los profetas; en tercer lugar los maestros; después vienen los milagros, luego el don de curaciones, la asistencia material, la administración en la Iglesia y los diversos dones de lenguas”, 1Corintios, capítulo 12, versículos 12 al 28.

 

Fotos: AP

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