Los espacios públicos, como las plazas, son un sitio de esparcimiento donde los ciudadanos se reúnen para charlar sobre diversos temas, recordar otros tiempos, descansar luego de una extensa jornada de trabajo, o relajarse durante el fin de semana, pero cuando estas áreas no están aptas, pasan a ser un espacio desagradable desde todos puntos de vista.
Se hace necesario que el ciudadano común quiera a su ciudad y no dañe estos sitios. La educación entra por casa, y todo lo que hagamos en nuestro entorno es fiel reflejo de cómo vivimos.
Y nos preguntamos, ¿por qué dañar las plazas, los parques y otros sitios de recreación?
El arte de los grafitis es importante, pero cuando estos se usan para dañar los espacios de esparcimiento, se convierten en un problema muy grave. Además, las autoridades municipales y regionales deben dedicar parte del presupuesto para el mantenimiento de estos espacios tan necesarios para el ciudadano.