El presidente de Ecuador, Rafael Correa, se encamina a obtener un nuevo mandato en las elecciones del 17 de febrero, ante una oposición que aún no logra consolidarse como alternativa de poder, pero que busca hacer contrapeso en el Legislativo.
Las encuestas privadas coinciden en que, salvo sorpresas, Correa será reelegido en primera vuelta, un objetivo para el cual requiere el 50% más uno de los votos válidos o el 40% y una diferencia de al menos 10 puntos sobre el segundo.
En su más reciente estudio, que concluyó el pasado miércoles, la firma CMS estableció que el mandatario izquierdista -aliado del líder venezolano Hugo Chávez- ganaría con 48,2%, frente a 9,6% del banquero Guillermo Lasso.
Detrás se ubican el derrocado exgobernante Lucio Gutiérrez (2,05%), el izquierdista Alberto Acosta (1,9%) y el derechista Mauricio Rodas (1,4%).
Con menos de un punto aparecen el magnate Alvaro Noboa, el izquierdista Norman Wray y el pastor evangélico Nelson Zavala, mientras que los indecisos representan 29,5%.
Otro sondeo de la empresa Perfiles de Opinión señala que Correa triunfaría en la primera ronda con 61,5%, muy por encima de Lasso (9%), y que la indecisión es de 25%.
En tanto, una investigación de Opinión Pública Ecuador da al mandatario 56% y al banquero 15%.
«No va a haber sorpresa. La reflexión gira en torno a cuál va a ser la diferencia final», dijo a la AFP Hernán Reyes, analista de la Universidad Andina Simón Bolívar, para quien Correa será reelegido porque es percibido como una garantía de estabilidad política y económica.
Pero los postulantes opositores aseguran que estarán en segunda vuelta y rechazan las encuestas, aduciendo que son parte de una guerra sucia que busca apuntalar el triunfo oficialista.
«El fraude no es el día de las elecciones. El fraude son elecciones que no son limpias como ésta con cancha inclinada, árbitro comprado y público pagado, y que se empieza a construir cuando aparecen encuestadores pagados por el gobierno dando cifras locas», dijo Lasso a la AFP.
Las dudas se centran en la conformación de la Asamblea Legislativa, también en los comicios del 17 de febrero, donde el movimiento oficialista Alianza País (AP) tiene el principal bloque pero no mayoría absoluta.
De hecho, Correa ha enfocado su campaña en convencer a los electores de que apoyen toda su lista de aspirantes nacionales y provinciales, en lugar de aplicar un voto diferenciado.
«Nos parece muy anticipado dar el número exacto de escaños, pero hay altas probabilidades de que Alianza País tenga una mayoría en el Legislativo», declaró Paulina Recalde, de Perfiles de Opinión.
Santiago Pérez, de Opinión Pública Ecuador, comentó a su vez que «existe bastante incertidumbre con respecto a la adjudicación de escaños».
Correa «requiere una mayoría confiable, sólida y obediente. Ahora ha tenido problemas porque no tiene la mayoría en la Asamblea, debe formarla con alianzas y eso no le conviene», declaró a la AFP Simón Pachano, politólogo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Aunque en sus intervenciones asegura no estar obsesionado con una ley para regular a la prensa, ésta sería otra de las prioridades del mandatario, en medio de la agria disputa que mantiene con un sector de los medios, coinciden Reyes y Pachano.
Un texto sobre esa norma está listo para ser votado, pero AP no tiene el suficiente apoyo.
«El triunfo de Correa se produciría sobre una oposición fragmentada», apuntó Reyes.
En analista estima que «la oposición no tiene una propuesta clara ante un referente fuerte para la reelección como Correa. Ha jugado a cosas menores, está entrampada en el dilema de atacarlo, lo cual a veces le rebota favorablemente al presidente».