Guamacire es una pequeña localidad de agricultores enclavada en un valle del río Claro, colindante con Las Cuibas y es jurisdicción de la parroquia Juares del municipio Iribarren.
No obstante, su lejanía ha conllevado a que las autoridades gubernamentales se olviden que el lugar forma parte de la geografía.
De cada cinco habitantes consultados, cuatro alegan que la localidad exhibe numerosos problemas y uno bien marcado es las condiciones de los alumnos de la escuela y el preescolar de la zona.
La estructura es prestada
Cincuenta y seis niños de primaria y veintiséis pertenecientes a educación inicial reciben clases en un galpón con techo de zinc y palmas de la familia Martínez, que gentilmente prestaron el espacio acondicionado para guarecer de la intemperie a los alumnos.
Las profesoras Oralia Silva y Carmen Marina Mosquera, de la Escuela Bolivariana Media Jornada Guamacire, declararon que funcionan allí desde el año 2005, con preescolar en dos turnos.
-Como consecuencia de la promoción de los alumnos de preescolar a primaria, nació la necesidad de abrir una escuela formal de primaria, para lo que fue necesario habilitar un segundo espacio, apuntaron.
Dijeron que han crecido tanto, que se vieron forzados a utilizar la Casa Comunal para atender a otro grupo de escolares de quinto y sexto grado.
Indicaron que igualmente ya tienen una lista de espera de niños en edad de preescolar porque el espacio físico y las condiciones impiden recibirlos, por lo que se espera que los gobiernos regional y local, desarrollen la construcción de una escuela en la zona.
Necesidades sentidas
Para las docentes Silva y Mosquera, quienes derraman mística de trabajo y empeño, las necesidades más notadas son: una infraestructura con amplios salones para atender en cada uno secciones de primer grado hasta sexto, y un módulo aparte con un parque infantil para educación inicial.
-Nuestro sueño es construir una escuela granja, productiva de la tierra con asistencia técnica de los alumnos de la UCLA, con comedor, un consultorio médico y odontológico, entre otros servicios que denominan la educación integral, esbozaron.
No tenían baño
La profesora Mosquera arguyó que hasta hace corto tiempo, ni los alumnos, ni las docentes disponían de un baño, por lo que era necesario recurrir a los vecinos.
Los niños iban a sus casas y otros apelaban a realizar sus necesidades entre la maleza, esto conllevó a que los propietarios de los galpones que funcionan como escuela, generosamente construyeran un baño a un lado de la casa.
Otra de las penurias que sufre el proceso de aprendizaje en Guamacire es la ausencia de una cancha en donde relanzar las prácticas deportivas y actividades culturales, que en la actualidad las efectúan en una cancha de bolas criollas inmediata.
Por último, manifestaron que existe un proyecto realizado por la organización comunitaria Hombres de Maíz, del sector I, introducido a FEDE, en donde realizan la revisión del mismo desde hace tres años, para verificar la viabilidad.
El espacio físico existe para la obra, apto inclusive para desarrollarla, sólo falta la voluntad política y cumplir lo establecido en la Carta Fundamental, referida al derecho a una educación de calidad.
