En la capital del municipio Peña se hace necesario tomar medidas para que sus habitantes puedan disfrutar de la ciudad que últimamente se ha sumido en un caos.
En primer lugar la inseguridad que se manifiesta en el incremento de hechos delictivos como atracos, hurtos, lesiones y hasta homicidios con armas de fuego.
El ex concejal Pedro Fernández llamó la atención de las autoridades policiales y de la Guardia Nacional para que implementen operativos que lleven algo de tranquilidad a quienes residen en la ciudad, hasta hace algunos años pacífica y en la que los ciudadanos podían caminar tranquilos por sus calles sin el temor de ser víctimas de los delincuentes.
Puso como ejemplo el que hace dos fines de semana se registraron cuatro asesinatos entre sábado y domingo en Yaritagua, algo imposible de pensar pocos años atrás.
Fernández y otros dirigentes comunales del municipio consideran necesario que las autoridades encargadas de la seguridad analicen bien la situación y decidan tomar enérgicas medidas antes de que se agrave aún más la situación.
María Pernalete, residente en el sector Aminta Abreu, también hizo un angustioso llamado a la policía y la Guardia Nacional para que efectúen patrullajes, sobre todo en horas de la noche y de esa forma puedan detectar y detener a aquellos antisociales que han tomado ese sector para atentar contra los vecinos.
María, quien exigió no tomarle fotografías por temor a represalias por parte de los pandilleros que operan en la Aminta Abreu, dijo que el mayor peligro para los transeúntes está en el túnel bajo la línea del tren.
“Por las noches ahí se colocan los tipos a esperar a las personas que regresan a sus casas de sus trabajos y les quitan lo poco que cargan, dinero, celulares, relojes y todo lo que lleven de valor”, dijo.
Manifestó que llaman a la policía pero nunca llega una patrulla por lo que los sujetos se sienten libres para seguir cometiendo sus fechorías.
Otro problema que afecta a los yaritagüeños es el del tránsito en el casco central de la ciudad por la anarquía allí existente.
Uno de los sitios donde existe un permanente congestionamiento es el cruce de la avenida El Trocadero y la carrera 7.
Por allí pasan varias rutas del transporte colectivo urbano que incrementan la cantidad de unidades automotoras y por falta de al menos un vigilante de tránsito que les regule sus desplazamientos, pero los conductores hacen todo para congestionar la zona.
Como aparentemente no existe una parada debidamente marcada se detienen en cualquier parte, preferentemente en plena esquina, impidiendo el cruce a otros vehículos, de alquiler o particulares.
Además, se detienen en medio de la avenida a recoger o bajar pasajeros, lo que contribuye también al congestionamiento.
“Aquí lo que existe es una anarquía total por falta de autoridad, por falta de un fiscal o un policía que llame la atención a esos conductores abusadores y si no hacen caso les apliquen las sanciones correspondientes”, dijo Noreida Vargas, usuaria.
La misma situación se presenta en la avenida Padre Torres, en ambos sentidos, especialmente en las llamadas horas pico.
Fotos: Luis Salazar