Hoy en día casi todos los smartphones hacen más o menos lo mismo: pueden navegar por Internet, son expertos en el correo electrónico, funcionan como reproductores musicales y han reemplazado de forma implacable a las cámaras de fotos y video. Con resoluciones de 8 megapixeles o más, realmente se tiene una “buena” cámara en las manos y, claro, a la hora de navegar, las velocidades de las redes LTE son sorprendentes, tanto, que ya no se nota la diferencia pues el video baja de volada y es complicado entender lo rápido que son 20 o 30Mbps en un aparatito (cuando en promedio, en una casa se tienen unos 5Mbps).
¿Por qué nos decidimos por una o por otra marca?
Hay muchos factores, por supuesto. Así como hay un antes y un después de la llegada del iPod con teléfono, mejor conocido como iPhone, la verdad es que hoy en día además de los asuntos de moda, marca, sentido de pertenencia al círculo social y el concepto de “producto aspiracional” sólo el de Apple cumple con todos estos atributos. Es un objeto del deseo. Muchos no pueden comprarlo porque no tienen dinero suficiente, así es que añoran el poder hacerlo. Otros qué sí pueden, lo hacen sin pensarlo, sin comparar opciones, está de moda y es lo que sus amigos tienen. Digamos que de todos los compradores, algún porcentaje está informada de lo que hace y otro gran grupo de usuarios no tiene idea, pero lo compran.
Eso sólo le pasa a Apple. Los demás tienen que competir muy duro hoy en día por ganar la preferencia del usuario. Apple no es el líder en ventas (por participación de mercado) y tal vez sea su estrategia. No ofrecen varias versiones del mismo producto, en esencia, un iPhone es un iPhone (claro, hay modelos pero no versiones). La competencia hace todo lo contrario. Samsung, Motorola, HTC, LG, Nokia y todos los demás tienen versiones muy económicas, baratas, de precio medio y de “gama alta”, que más o menos siempre se puede comparar con el precio del iPhone de último modelo.
¿Qué pasa con todo esto?
Que Android es el operativo más usado (sumando todos los teléfonos de los competidores) seguido de Apple y en el tercer lugar se encuentra BlackBerry o Windows Phone (depende a quién le preguntes). Ahora bien, estamos a pocos días del lanzamiento del BlackBerry 10, o “la nueva experiencia” como está promocionando la firma. ¿Cuál es el secreto?
Las famosas “apps” o aplicaciones.
En cualquier ecosistema, el producto tiene amplias posibilidades de permanecer en el mercado y ganarle puntos a su competencia si es que cuenta con lo que todos pensamos que debe tener un teléfono: Twitter, Facebook, Instagram, Foursquare, Skype, Angry Birds y otras más.
La siguiente guerra continuará en el terreno de las aplicaciones, no tengo la menor duda. Si BlackBerry ya convenció a los desarrolladores que su plataforma es interesante y logra tener lo mejor de iOS y Android, seguro continuará teniendo un buen lugar en el mercado, que fuera de Estados Unidos y Canadá, en varias geografías sigue siendo el número uno.
¿Qué factores intervienen para que un desarrollador decida por alguna plataforma?
Hay muchos, pero en este caso tal vez uno de los más interesantes sea lo que el fabricante está dispuesto a pagar por lograr su objetivo. Alguna vez le pregunté al responsable de esto en Google (Android) qué hacían para lograrlo y me comentó sin pena “Ah, primero los invitamos a desarrollar para el eco sistema, si no les interesa, les extendemos un cheque”.
Tal vez sólo a billetazos funcione el eco-sistema en general, eso nunca lo sabremos, pero para que una plataforma tenga futuro entre los usuarios, debe contar con las aplicaciones más usadas por todos. No importa el número global de títulos disponibles, aquí el secreto es lograr tener el 20% de aplicaciones que seguramente usa el 80% de los usuarios.
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