El oficialismo convocó para este lunes a marchas y concentraciones callejeras para conmemorar los 21 años de un fallido golpe, en actos de masa en los que por primera vez estará ausente el cabecilla de esa rebelión militar, el presidente Hugo Chávez, que permanece convaleciente en La Habana.
Chávez, que era teniente coronel del Ejército, el 4 de febrero de 1992 trató de derrocar sin éxito al presidente Carlos Andrés Pérez, que gobernó el país por segunda vez entre 1989-1993.
Desde temprano el lunes, varios centenares de empleados públicos y manifestantes oficialistas, vestidos con franelas y gorras rojas y portando pancartas a favor de Chávez, comenzaron a concentrarse en varios puntos de la capital para participar en las marchas y los actos organizados por el gobierno.
En una avenida del oeste de la capital fueron apostados dos tanques militares para recordar la participación de los uniformados en la asonada.
Chávez como líder de fallido golpe siempre había encabezado los actos de conmemoración, pero en esta oportunidad por primera vez estará ausente de las celebraciones debido a que aún permanece en la capital cubana recuperándose de la compleja intervención a la que fue sometido el 11 de diciembre por la reincidencia del cáncer.
A pesar de la ausencia del mandatario, la estatal Venezolana de Televisión (VTV) difundió desde tempranas horas del día, y en varias oportunidades, la primera aparición que tuvo Chávez ante las cámaras de televisión el 4 de febrero cuando, tras el fracaso de la intentona, llamó a sus compañeros militares a deponer las armas. Esa acción dejó un saldo de 17 militares y 80 civiles muertos, algunos usados como escudos humanos por los rebeldes, en las escaramuzas entre fuerzas leales al gobierno y los golpistas. Además, hubo 51 heridos.
La oposición ha rechazado la celebración de la intentona golpista alegando que la insurrección militar socavó la democracia y dejó de decenas de muertos.
El jefe del Comando Estratégico Operacional (CEO) de la fuerza armada, mayor general Wilmer Barrientos, afirmó el lunes que a pesar que la intentona golpista fue derrotada, «ha sido una de las mejores cosas que le ha podido pasar al país».
Barrientos justificó la rebelión militar por considerar que «no había otra manera de despertar al pueblo y era necesario».
«Aquí lo que se despertó, y a eso es lo que le tienen miedo, (fue) la gran fuerza popular; a esa fuerza popular que ahora nadie podrá volver a recogerla porque hay una elevada conciencia en el pueblo», dijo el jefe militar en una entrevista en la televisora estatal.
Barrientos consideró como «inmoral» la posición de los medios de comunicación que sostienen que las situaciones críticas que vivía el país en 1992 se mantienen, y aseguró que Venezuela se enrumba hacia unos «unos derroteros diferentes».
La investigadora de opinión pública, Mariana Bacalao, afirmó que con las celebraciones del fallido golpe el oficialismo trata de «construir un relato que recrea sus propias fechas, sus propios héroes y sus propias gestas», y que para lograrlo ese objetivo utilizan «un gran músculo financiero y un gran músculo mediático que en este caso vendría siendo la apropiación de los medios del estado».
«Mientras más permanezca el gobierno del presidente Chávez, el chavismo en el poder, más favorecido va estar que ese relato sea creíble y sea comprado», dijo Bacalao a la AP en entrevista telefónica.
La asonada de 4 de febrero del 1992 tuvo éxito en casi todo el país a excepción de la capital, donde Chávez estaba a cargo. Las autoridades lo detuvieron y él accedió a salir ante las cámaras para pedir a sus colegas que estaban en otros estados que entregaran las armas «por ahora».
Esos breves segundos ante las cámaras lo convirtieron en un héroe para muchos venezolanos, quienes simpatizaban con el golpe contra el gobierno de Pérez, que era visto como corrupto e insensible a las penurias de la población.
Chávez fue encarcelado y fue liberado en 1994 por el presidente Rafael Caldera, y en 1998 se lanzó como candidato presidencial y ganó los comicios de ese año.
El mandatario, de 58 años, se encuentra en La Habana en recuperación y dando instrucciones de gobierno, según dijo en la víspera el vicepresidente Nicolás Maduro.
«El presidente sigue avanzando paulatinamente y de manera constante. La salud del comandante Chávez va en franca recuperación, cumpliendo con el tratamiento médico», indicó el domingo el presidente de la Asamblea Nacional, diputado oficialista Diosdado Cabello, durante un acto en el estado oriental de Sucre.
Cabello viajó la semana pasada a Cuba, junto con el ministro de Defensa, almirante en jefe Diego Molero, para visitar al mandatario.