Los monos búho (Aotus) que poseen una pareja estable y son fieles a ella se reproducen más que los que tienen múltiples parejas, según un estudio de la Universidad de Pennsylvania (Estados Unidos), publicado en Plos One. El trabajo revela cómo la monogamia y el emparejamiento, relativamente raros entre mamíferos, pueden beneficiar a cientos individuos. Y podría ayudar a entender cómo han evolucionado los patrones de relaciones en los seres humanos, tal y como señalan el antropólogo Eduardo Fernández-Duque y sus colegas, que desde 1997 han monitorizado una población de monos búho en la región del Chaco en Argentina.
Sus observaciones acerca del comportamiento, la demografía y la fisiología de 18 grupos de monos búho (154 animales, en total) durante 16 años, muestra que habitualmente estos primates viven en grupos monógamos que consisten en un hombre adulto, una mujer adulta y su descendencia. Los jóvenes se dispersan desde el grupo alrededor de los 3 o 4 años.
En 2008, Fernández-Duque y sus colegas publicaron un artículo que informaba, por primera vez, la presencia de un llamado «flotador» individual, que atacó al macho de una pareja y, esencialmente, lo reemplazó como compañero y proveedor de cuidado infantil. El equipo ahora ha demostrado que esta usurpación de sus compañeros es un hecho bastante común. Los reemplazos a menudo se producen con peleas dramáticas, que suelen acabar mal para el «expulsado». Y según revela la investigación, tener un socio o un compañero expulsado perjudica el éxito reproductivo de la pareja que queda.
«Lo que concluimos es que si te las arreglas para estar con la misma pareja a largo plazo puedes producir más descendencia que si te ves obligado a cambiar de pareja», expone Fernández-Duque. “La monogamia tiene sentido para estos primates, porque en las parejas fieles los machos están seguros de su paternidad e invierten en cuidar a las crías”, añade.
Según el investigador, existe cierto consenso entre los antropólogos acerca de que la formación de parejas deben haber jugado un papel importante en el origen de las sociedades humanas. “Llámalo amor, llámalo amistad, o llámalo matrimonio; pero hay algo en nuestra biología que conduce a este vínculo emocional duradero entre dos personas y que está muy extendido entre las sociedades humanas».
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