En toda su esencia se mostró la mañana de ayer el tamunangue larense de la mano de la agrupación folclórica Yrurpana, tamunangueros que presentaron en la Sala Alternativa de la Fundación Juan Carmona de EL IMPULSO, la puesta artística Sol naciente en siete sones, un periplo de bailes y cantos que llevó a los concurrentes por el septeto de piezas que conforman el tamunangue.
Fueron las cuerdas del Cinco (instrumento de cinco cuerdas y sonido más fortín que el cuatro) las encargadas de anunciar el inicio del espectáculo.
Como una muestra didáctica fue presentado esta danza que, con San Antonio de testigo, inició a las 11:00 de la mañana al ritmo de La Batalla. Con garrotes, cuchillos y machetes en mano no sólo exhibieron una asombrosa puesta escénica, sino que explicaron el sentido de la misma. El baile culminó con el desarme de los bailadores.
Entre otros detalles se conoció que la versión promesera sólo incluye garrotes y que al tratarse de exhibición se suman los otros dos elementos ya mencionados.
Siete sones
Bajo la coordinación musical de Edwar Aranguren y la explicación de Francis Cordero, arrancó la fiesta folclórica y religiosa de sones de negro, cuyas coreografías pertenecen a Gipsell Valor.
Al ritmo del tambor negrero (cuero y palo), tambora golpera, pandero, cuatro, requinto, cinco y medio cinco arrancó la fiesta tamunanguera de los sietes sones.
Como parte de la costumbre del municipio Iribarren la presentación inició con El Yiyivamos, son de canto y mando en el que los bailadores deben seguir las indicaciones del cantante, como: “Da media vuelta… la vuelta entera”.
A este le siguió el son de versos libres con rima La Bella, que permite a los bailadores realizar las figuras que crean a bien realizar.
El tercer son de la mañana fue La Juruminga, pieza con un “trancao”, marcado por la frase “tumbirá”.
Estas tres piezas son bailadas con un pie delante y el otro atrás, costumbre que se conserva como símbolo de la esclavitud de los años de la colonia, puesto que los negros bailaban de esa manera a causa del peso del grillete colocado en el pie derecho, que les impedía moverse libremente.
Acto seguido fue presentada La Perrendenga, son similar a La Batalla que representa un galanteo entre el hombre y la mujer. A diferencia de los primeros, sólo es bailado por una pareja, que realiza figuras más floreadas.
El Poco a Poco, fue el quinto son de la gala, esta vez realizado en dos partes, Calambre y Caballito, el primero representa la escena de la mujer que trata con su marido ebrio y la segunda repite el arte del galante.
De gran parecido al joropo nacional y estilo libre, continuó El Galerón y a éste una muestra de las 36 figuras del El Seis Figuriao, obra donde se aprecia la influencia de la raza española en la tradición de los esclavos.
Alegría y colorido sobraron en este espectáculo que cerró con el golpe de Pablo “La Ñema”, titulado Ofrenda a San Antonio, el cual fue interpretado por las damas.
Fotos: Simón Alberto Orellana
