De goce y palmadas, así fue la noche del pasado sábado para la familia de la academia Danzas Granada, emblemática institución de la región que celebró sus 15 años de labor. Entre bailes y cantos festejaron este triunfo de valor artístico y pedagógico.
Orgullosos del legado, que en poco tiempo ha acogido a más de 2.000 niñas larenses, compartieron sus logros y proyectos, presentaron el himno de Danzas Granada y realizaron hermosas exhibiciones flamencas.
Esta noche celebraron el constante crecimiento de la institución. Así lo comentó Margot Zubillaga, directora de Danzas Granada, quien además señaló que la meta de la institución sigue enfocada en la enseñanza y el aprendizaje, la innovación, el desarrollo cultural y la puesta de grandes espectáculos que aviven el sentir flamenco en esta tierra.
Una gran familia
Danzas Granada no sólo son las bailaoras Margot Zubillaga, Solángel Anguiano y Keyla Pineda. Esta academia, que con los años se ha vuelto una familia, ha diseminado su semilla por todo el mundo y prueba de ello es que esta noche asistieron a la fiesta aniversario grandes personalidades del medio artístico, de invaluable participación en la historia de Danzas Granada. Entre ellos el bailaor Miguel Medina, el barítono Juan Tomas Martínez y el larense Ignacio “Nacho” Izcaray
El himno de Granada
“Trabajamos con música y baile, por tanto quisimos idear una tema que fuese nuestro”, comentó Zubillaga, quien agradeció la partición del maestro Miguel Medina, quien desde España compuso en un día, tras su petición, letra y música de este himno, además de la secuencia coreográfica.
En principio al maestro español sólo le fue solicitada la coreografía de lo que sería un paso doble, pero este no dudó en desarrollar par de ideas, estimuladas por su cercanía con la institución. Esta iniciativa culminó con lo que hoy es el himno de Danzas Granada.
La letra que hermana a España y Venezuela, Andalucía y Barquisimeto, destaca la cultura y tradiciones de ambas tierras, exalta el son del tamunangue y eleva plegarias a la Excelsa Patrona de los larenses, la Divina Pastora; lírica que cobra mayor fuerza con el zapateo de las bailarinas.
El himno que se compuso en España, prepararon voces en Estados Unidos y montó coreografía en Venezuela, esta noche brilló con la luz fraternal de Danzas Granada. “Muestra del sentimiento trasatlántico hacia esta institución”, agregó Martínez, voz del tema.
Sentimiento en letra
“En Venezuela se encuentra, una joya coronada. Se llama Barquisimeto y allí está Danzas Granada. Danzas Granada es la escuela, donde se enseña a bailar, con pureza, entrega, cariño y honestidad”. Así reza la primera estrofa del himno compuesto por Medina, quien dice conocer la historia de esta institución. “Sé que hacen y quiénes son.
Fue muy fácil, puesto que rimé todas las virtudes, pues no tienen defectos. Son excelentes docentes, enseñan con muy buen trato. Es una labor de cariño y profesionalismo y sentimiento”, comentó el bailaor, quien destacó de la técnica de la institución la colocación de manos y cuerpo de sus alumnas.
El himno es un pasodoble de atisbos andaluces y cargado sentimiento flamenco, atípico y acentuaciones basadas en el flamenco.
Para Medina es un placer visitar Barquisimeto.
En su presencia y la del público asistente fue presentada esta pieza, también acompañada por las melodías del maestro pianista Dino Dinelli.
De un blanco impecable, erguidas y sonrientes las pequeñas de la escuela, lideradas en escena por Margot Zubillaga, Solángel Anguiano y Keyla Pineda, subieron al escenario y mostraron el orgullo de ser parte de esta familia.
Petición honorable
“Interpretar este himno, para mí es un honor y se debe en gran parte a mi amistad con Margot Zubillaga…. Es imposible decirle que no a una de sus peticiones”, comentó el barítono Juan Tomás Martínez.
Él no sólo es amigo de la bailaora, sus hijas también se formaron en sus aulas. Por ello se siente parte de esta gran familia.
Esta noche, además de interpretar algunas piezas en honor a Granada, fue él quien entonó con sentimiento el himno.
“Es una institución que marca pauta de vida en sus niñas, que estimula la disciplina y tenacidad en los jóvenes espíritus, que las enseña a expresar sus ideales con lo más hermoso del ser humano: el sentimiento artístico”, considera Martínez.
Fotos: Edickson Durán
