El taxista de 34 años de edad que fue muerto el mediodía del viernes en la carrera 32, entre las calles 22 y 23 de esta ciudad, hacía un mes que fue víctima de un asalto por parte de una pareja de jóvenes que estaba esperando en una calle del este, cerca del Sambil.
La reveleación fue hecha a los periodistas por los familiares de John David Fernández, como era el nombre del infortunado trabajador del volante, que ayer esperaban la entrega del cadáver en los alrededores de la morgue.
Le pidieron en esa ocasión, dijeron, que los llevara a Yaritagua, pero una vez en el vehículo el hombre le pasó a la muchacha un bolso, del cual ella sacó un arma de fuego e inmediatamente le advirtió que se trataba de un atraco y no opusiera resistencia.
De esta forma fue obligado a trasladarlos hasta el sitio denominado Cambural.
Una vez que lo hicieron detener el carro, a punta de pistola le ordenaron que corriera y le hicieron un disparo para asustarlo.
Fue la primera vez en dos años que tenía como taxista, que había sido víctima de un asalto a mano armada.Los delincuentes posteriormente se comunicaron con Fernández para exigirle la entrega de 25 mil bolívares como pago por el rescate del vehículo.
Éste se lo había regalado su progenitora, Maritza Peñaloza hace dos años para que trabajara como taxista.
Fernández logró reunir con familiares la suma exigida y se la entregó a los ladrones.
Días después vendió el carro y estaba pendiente de los avisos que aparecían en los clasificados de los diarios, con el fin de adquirir otro.
Al mediodía del viernes, mientras esperaba que le prepararan el almuerzo, fue asesinado a sangre fría de un balazo que le atravesó la yugular, quedando sentado en la silla que acostumbraba sacar a la acera para descansar.
Sobre el suceso han surgido varias versiones, según las cuales el asesino bajó de un vehículo o de un motorizado que accionó el arma, motivo por el cual se espera que el Cicpc se ocupe del caso.
Foto: Simón Alberto Orellana