Nosotros, los venezolanos, y particularmente el gobierno hace diez años que perdimos las cárceles y se la entregamos a los pranes, expresó monseñor Roberto Lückert, obispo de Coro y una de las principales autoridades de la Iglesia Católica al ser entrevistado, vía telefónica, por reporteros de EL IMPULSO.
Eso ha hecho que los penales, algunos de los cuales eran modelos, según el equipo de cubanos que vino a hacer la inspección de las cárceles de Venezuela, hayan sido convertidos en infiernos.
Si el gobierrno no puede controlar a los reclusos, ¿cómo puede garantizar la seguridad a la ciudadanía?, preguntó.
Una cárcel como la de Coro, que tenía capacidad para 300 reclusos, llegaron a meterle 1.500 presos y esa pobre gente vivía hacinada, maltratada, mal entendida por un gobierno que tiene responsabilidad de atender la seguridad y la salud de los reos, pero no cumple con sus obligaciones.
Ante ese problema grave de las cárceles de Venezuela alguien tiene que protestar, dijo. Pienso que tenemos que apoyar a los familiares de los presos y pedirle al Ejecutivo Nacional que agilice los procesos.
Porque la mayoría de las personas que se encuentran privadas de libertad no está procesada y son muchas las que han perdido la vida en motines, riñas y otros sucesos acaecidos en los penales.
Hay muchos inocentes y otros que están presos porque se robaron una gallina o le consiguieron un poquito de marihuana en el bolsilllo.
Al gobierno le parece muy fácil echarle la culpa a la cuarta república y a los medios de comunicación, comentó. Pero, tenemos 14 años del llamado gobierno revolucionario con todo el chorro de dinero que le ha entrado por concepto de la venta del petróleo y sin embargo, las cárceles están totalmente abandonadas.
Ante esta situación hay que hacer algo, porque tanto los jueces como los fiscales no pueden actuar oportunamente porque están recargados de procesos.
Además del retardo procesal no hay la instrumentación normal para el traslado de los presos a los tribunales.
La ministro encargada de las prisiones, Iris Valera, lo que ha hecho es correr la arruga: Cierra Coro, clausura Uribana y así por el estilo como si esa fuera la solución más adecuada.
Manda los presos a otros penales, donde hay hacinamiento y los pobres individuos siguen recibiendo maltratos y expuestos a ser nuevamente agredidos y hasta pierden la vida en una requisa como la que ocurrió el 25 de enero en la cárcel de Uribana.
Gracias a Dios le doy que no hay armas todavía en la cárcelk de Coro, pero tan pronto sean ingresadas la situación se tornará mucho peor.
El tráfico de armas en los penales es producto de la complicidad de funcionarios del gobierno, porquie pregunto: ¿cómo entra una metralleta, una granada o una pistsola a una cárcel si no es con el visto bueno de quienes tienen a su cargo la custodia de los reclusos?
Es propicia la ocasión que estoy dando estas declaraciones a EL IMPULSO para decirle a la ministro que busque apoyo de especialistas en la materia para comenzar a resolver el problema y no seguir dejando que se agrave, porque nada se hace con cerrar un penal y enviar a los presos a otro lugar, por cuanto no se le está dando respuesta a esta crisis.
Igualmente le pido a la ministro que deje de insultar a la gente y de estar echándole la culpa a otros que nada tienen que ver con los penales, pues éstos son su responsabilidad.
Fotos: Archivo
