De conformidad con lo establecido en Ley Orgánica del Poder Público Municipal y la ordenanza respectiva, las contralorías municipales son organismos que se encargan del control, vigilancia y fiscalización de los ingresos, gastos y bienes de estas instancias de gobierno.
Pero la Contraloría Municipal de Iribarren, en manos de Ángel Colmenárez Barradas, mira más allá y extiende sus brazos hacia los más necesitados, haciendo obras de impacto social.
Se trata de una dependencia que ve en la entrega social una forma de acercarse más a las comunidades necesitadas y de honrar los compromisos que, como ciudadanos comunes, tienen quienes la conforman.
Ha asumido como una responsabilidad sensibilizar a sus proveedores en torno a la importancia de hacer donativos necesarios y emprender labores que contribuyan al mejoramiento de las condiciones de ciertas infraestructuras.
Es así como, durante los últimos meses, la Contraloría Municipal de Iribarren se ha acercado a diferentes instituciones, en aras de reforzar este compromiso que tiene como órgano del estado.
De esta manera lo señaló, María Patricia Pérez, asistente del Contralor Municipal de Iribarren, quien puntualizó las labores emprendidas.
“Existe un compromiso con sentido social fundamentado en la Ley de Contrataciones Públicas.
Con tales aportes hicimos, recientemente, un donativo de artículos de aseo e higiene al Pequeño Cottolengo y de útiles escolares y regalos de Navidad a la Escuela Semilleros de Amor (ubicada en la parroquia San Juan).
También nos encargamos de la restauración de la fachada, pintura y otras obras de mantenimiento de la iglesia La Milagrosa (San Juan). De igual manera, llevamos artículos escolares al templo Dios habla al Hombre”.
Pérez precisó que dentro de los anhelos de quienes integran esta dependencia municipal está abarcar más, pero no tienen, por ahora, gran capacidad. Sin embargo, están satisfechos con lo que han podido hacer.
“Iribarren alberga una de las parroquias más amplias de Latinoamérica: Juan de Villegas, por lo que estamos conscientes de que tenemos mucho por hacer dentro de nuestra jurisdicción. Queremos llegar a todas las comunidades”, dijo entusiasta esta abogada en su visita a este rotativo.
La sede de la Contraloría Municipal de Iribarren se encuentra ubicada en la carrera 16 entre calles 34 y 35, por lo cual la mayoría de sus atenciones está destinada a los niños e instituciones de la parroquia que le circunda.
“Nos sentimos muy comprometidos con la parroquia”, agregó María Patricia Pérez, quien no escatimó palabras para señalar que los donativos se han convertido en una costumbre.
“Creemos que estamos aportando un granito de arena al fortalecimiento de una mejor sociedad. Nuestras premisas son innovación, fortalecimiento del control y participación ciudadana”.
Órgano vigilante
De acuerdo a la información aportada por María Patricia Pérez, la Contraloría Municipal de Iribarren visita diferentes sectores y atiende las denuncias que tienen como fin la garantía de una buena gestión de los recursos del presupuesto participativo, con miras a velar porque lleguen a las comunidades y se cumplan los proyectos para los cuales fueron solicitados.
Es un ente de control fiscal que, según lo dispuesto en el acuerdo al artículo 101 de la Ley Orgánica del Poder Público Municipal, goza de autonomía orgánica, funcional y administrativa.
Foto: Armando Llamozas y Cortesía Contraloría Municipal de Iribarren
