#Opinión: Trabajo mucho para tener poco y tener poco para trabajar mucho. Por: José Gerardo Mendoza Durán

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Reflexiones en positivo

En estas reflexiones tengo que referirme inicialmente afirmando que el único dueño de lo que existe en lo que se llama Venezuela es el Estado venezolano, que a la vez no representa pobreza, es simplemente aceptar que incluidos sus ocupantes tenemos que estar conscientes de que somos parte de esa pobreza o de esa riqueza.

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En las leyes indígenas y posteriormente en nuestras constituciones se ha dejado plasmado que el Estado venezolano es dueño de todo lo del subsuelo y que los ciudadanos eran dueños del suelo; mas, transcurrido el tiempo y en la dinámica de la evolución de las leyes, se puede afirmar que el Estado ha invadido las responsabilidades no sólo de administrar lo del subsuelo y pasó a administrar lo del suelo y por arriba del suelo hasta el infinito.

En las últimas Constituciones he leído los artículos que se refieren a la propiedad privada, en donde se manifiesta que “se garantiza el derecho de propiedad: toda persona tiene derecho al uso, goce, disfrute y disposición de sus bienes. La propiedad estará sometida a las contribuciones, restricciones y obligaciones que establezca la ley con fines de utilidad pública o de interés general. Sólo por causa de utilidad pública o interés social, mediante sentencia firme y pago oportuno de justa indemnización, podrá ser declarada la expropiación de cualquier clase de bienes.
En esa misma dinámica histórica se desarrolló lo que muchos consideraron propiedad privada y sería largo describir quién es dueño de qué y qué le pertenece al Estado y qué no.

La aparición del petróleo como fuente de riqueza para prácticamente satisfacer las necesidades básicas del pueblo venezolano a través del empleo público ha hecho a lo que me voy a referir del trabajar mucho para tener poco y tener poco para trabajar mucho, cuando se vive de una distorsión económica por parte de los actores públicos y privados en el manejo de los recursos económicos.

Me planteaba un amigo jubilado de la administración pública que trabajó de profesor en todos los niveles educativos, que en sus años de servicios logró adquirir una buena casa en una urbanización de muy buena ubicación, que adquirió sus dos carros familiares en época en las que era un gran sacrificio con sueldo de 6 millones de bolívares por su casa y 600 mil bolívares por sus vehículos, mas la dinámica del acontecer económico le permiten decir que su casa y sus carros en cierto modo fueron ayudados a pagar por el aumento de sueldos como resultado del índice de inflación anual al que ha estado sometido el acontecer económico nacional, que de paso lo considera que no tiene que ver con oferta y demanda ni de casas ni de vehículos, y para el su gran riqueza es haber logrado formar sus hijos como profesionales puesto que no puede considerar riqueza, el tener una casa que adquirió con alto sacrificio de trabajo que el conglomerado general se la valora por muchos millones de bolívares y que como tal en el mercado general por cualquier artículo para el mantenimiento de ella, incluyendo los servicios públicos ya su pensión no le alcanza que igualmente sucede con sus vehículos, hecho que lo ha llevado a la conclusión y disyuntiva el buscar el cómo tener poco para trabajar mucho, puesto que solo desea que su casa sea valorada toda la vida en su precio inicial, sus carros en su precio inicial y todas las demandas de casa y carro sean solucionadas con valores reales.

En estas reflexiones me hizo acordar una conversación con un joyero en donde me manifestaba “el precio de la joya lo da la necesidad de quien la tiene y el interés de quien la quiera”, y a la vez establecer leyes que precisamente no tienden a regular la actividad económica por partes iguales de lo público y lo privado.

Apostilla: a los familiares de Lic. María Hortensia Zapata, y todos los integrantes de la familia del diario EL IMPULSO, reciban mis más sinceras expresiones de condolencia y solidaridad por la desaparición física de nuestra amiga, admirada y respetada, quien dejo huellas imborrables por su recto proceder.

Paz a sus restos.

Todos unidos por la producción nacional.

[email protected]

@JGmendozabarquito

 

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