Tal como hacía su familia desde hacía 35 años, Jesús Enrique Arrieta Cadenas (50) se encontraba ayer trabajando en su negocio, una popular confitería en la carrera 24 entre calles 33 y 34 cerca del antiguo mercado El Manteco en el centro de Barquisimeto, cuando de repente, a las 11:40 de la mañana, dos motos se detuvieron frente al establecimiento, y uno de los sujetos que venía como parrillero ingresó al lugar con arma en mano para someter a los presentes, mientras los otros tres individuos aguardaban afuera.
En ese instante Arrieta estaba en la parte de atrás de su local, y viendo que el maleante estaba de espaldas, procedió a sacar una pistola que mantenía para resguardar su seguridad y la de los suyos, pero tras oprimir el gatillo, el desafortunado comerciante se percató que su arma no respondía y, rápidamente, intentó disparar dos veces más, pero el asaltante ya se había dado la vuelta hacia él y sin titubear detonó su propia pistola, impactando a Arrieta tres veces en el pecho. Al escuchar las detonaciones, los dos motorizados huyeron velozmente del sitio, dejando a los otros dos antisociales a su suerte.
A pesar de sus graves heridas, Arrieta sacó fuerzas para caminar hasta la entrada de su negocio, pues al parecer aún intentaba detener a la pareja de delincuentes, pero se desplomó en el suelo, y luego, el mismo sujeto que acababa de abrir fuego en su contra, procedió a dispararle una vez más en la cabeza con crueldad y saña.
Inmediatamente, el asesino y su acompañante se fueron corrieron en direcciones opuestas para no ser aprehendidos, llevándose consigo la pistola del comerciante.
Tan pronto como pudieron, su hermano menor y uno de sus primos, levantaron a Arrieta con la esperanza de que aún estuviera con vida, y lo subieron a una camioneta roja de su propiedad para llevarlo hasta la sala de Emergencias del Hospital Central Antonio María Pineda, pero al arribar se confirmó que no tenía signos vitales, por lo cual su cuerpo fue ingresado a la morgue.
La Policía del estado Lara fue la primera en llegar al sitio del crimen, junto a funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana y del Centro de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, quienes con el apoyo de efectivos de la Guardia Nacional, interrumpieron el tráfico en la cuadra donde se encuentra el establecimiento comercial.
Se conoció de manera extraoficial, que al menos uno de los perpetradores fue capturado a la altura de la carrera 22 con calle 35, mientras el otro logró huir.
En el sitio también se hicieron presentes varios familiares y allegados de la víctima. Tania Cadenas, tía del comerciante asesinado, informó que su sobrino era una persona muy trabajadora y dedicada completamente a su negocio, el cual había iniciado su esposa varios años atrás. “Ella falleció por causas naturales el año pasado, pero había sido secuestrada tres años antes. Mi sobrino dejó dos hijos mayores de edad que son abogados y él era el mayor de tres hermanos”, señaló. Agregó que el hampa está claramente en contra de los comerciantes.
Fotos: Simón Orellana