#Opinión: Descomposicion social Por: Eduardo Iván González González

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Ventana abierta

Para recordar: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios…” (Salmos 14:1)

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Hablar de descomposición social no es fácil, porque son numerosos los factores que pudieran estar detrás de todo este problema. Esa tarea, se la podemos dejar a los sociólogos, psicólogos, educadores, religiosos y de otras ciencias para estudiar dicha condición moral.

En sentido similar, aprovechamos la pregunta que le hicieron al sociólogo y docente universitario, Nelson Freitez, en su cuenta Twitter:

@nefreitez, el 25 de enero de este año (tomada de Internet): ¿Quiénes son los responsables del baño de sangre, hoy, en Uribana? (Alternativas) ¿Los medios, los familiares, los Pranes, la GNB, la Ministra? (Su respuesta) Al final nadie: Impunidad”.

Similarmente, nos llama la atención las palabras que hace algunos años dijera el Obispo de Ciudad Guayana, Mons. Mariano Parra Sandoval, quien afirmó: “La descomposición social que existente en el país es fruto de la marginación de Dios en la vida y la pérdida de la fe en Él. Y agrega, cuando las personas tienen fe y entienden que Dios es el rey de la existencia y lo más importante en la vida, no son capaces de cometer desaciertos ni actos que vayan en contra de los mandamientos” (www.aciprensa.com…/descomposicion- social).

Dado lo anterior, podemos hacer algunas preguntas como: ¿Cuál es la razón que, aún con tanto adelanto cibernético haya quienes no creen en Dios? ¿Por qué se habla más de evolución, que de Dios en nuestras escuelas, televisoras y universidades? ¿Cómo puede un evolucionista o alguien que no crea en Dios respetar el derecho de los demás, y no pisotear su Ley?.

Bien dijo el salmista David: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Así se corrompieron, hacen obras abominables, no hay quien haga el bien. El Eterno miró desde el cielo a los hombres, para ver si había algún sensato que buscara a Dios. Todos se desviaron, se corrompieron. No hay quien haga el bien, no hay ni siquiera uno. No tienen discernimiento los que obran iniquidad…” (Salmos 14: 1-4).

Cada año, la Iglesia Adventista del Séptimo Día, estudia un folleto igual en todo el planeta para más de 16 millones de personas. La lección correspondiente al 26 de enero, se tituló: “La creación: Un tema bíblico”. (Para mayor información sobre el folleto y cursos, visita nuestra página web: www.ventanabiertalmundo.jimdo.com).

Allí, se estudió la creación desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Y en tal lección se presentaron diferentes protagonistas y sus referencias, al reconocer a Dios como creador y sustentador de la vida: Job (cap.38); el salmista David (Salmos: 8, 24:1,2; 33:6; 89:11); profetas como: (Isaías 44:24; 45:12; Jeremías 51:15.16; Amós 4:13; Zacarías 12:1); palabras de Jesús, el Hijo de Dios, señalado en Mateo 19:4-6; Marcos 2:27; Lucas 3:38; el Apóstol Pablo (Hechos 17:22–31) Entonces, ¿cómo se puede evitar o disminuir la descomposición social, si no reconocemos que Dios existe o al decir: “No hay Dios”?

Justamente, Pablo se dirigió a una audiencia de ciertos filósofos de Grecia, y les señaló: “Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar (sin imagen o figura) en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo el Señor del cielo y de la tierra… no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres.” (Hechos 17: 22-29).

En el mismo sentido, el profeta Juan señaló: “¡Reverenciar a Dios y dadle honra, porque ha llegado la hora de su juicio! Y adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Apocalipsis 14:7). Alguien dijo: En la medida que reconocemos a Dios como creador Supremo del cielo y la tierra, en esa medida estamos dispuestos a amarle y obedecerle.

Si quisiéramos arreglar este mundo sin Dios, sin su Palabra y su Ley como base moral de toda norma de vida, sería como construir un edificio sin fundamento, sobre la arena. Bien dijo Jesús: “…el que oye estas palabras, y las practica, será como el hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca” (Mateo 7:24).

www.ventanabiertalmundo.jimdo.com

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