Las autoridades de Pekín aconsejaron este miércoles a millones de habitantes de la capital china que permanecieran en su domicilio ante la fuerte contaminación atmosférica que afecta a la ciudad desde hace varios días y contra la cual se anunciaron algunas medidas.
Desde hace tres días, Pekín vive bajo una espesa niebla de partículas nocivas, después de haber sufrido en enero otros picos de contaminación de una densidad desconocida.
En esta megalópolis de 20 millones de personas donde circulan más de 5 millones de vehículos, el gobierno municipal desaconsejó a los niños, a las personas mayores y a aquellos cuya salud pueda verse afectada por las partículas nocivas salir de casa o limitar sus salidas.
En los programas de radio matinales, se instaba a los habitantes a no permanecer mucho tiempo en las calles, donde cada vez más personas se desplazan con la cara cubierta por una mascarilla que algunos incluso conservan en su puesto de trabajo o en sus casas.
El martes, las autoridades locales afirmaron haber ordenado el cierre de 103 fábricas y haber prohibido la circulación al 30% de la flota de coches oficiales.
Sin embargo, estas tímidas medidas no permitieron evitar nuevas tasas preocupantes. El Índice de Calidad del Aire (AQI) de la embajada estadounidense en Pekín, que sirve de referencia a muchos habitantes de China, se situó este miércoles en 338 y «peligroso» a las 15H00, hora local.
El AQI es «malsano» por encima de 150, «peligroso» al superar los 300 y «fuera de índice» sobre 500.
El Centro Municipal de Control Medioambiental de Pekín lo situó en 305 a las 14H00, hora local, e indicó que el aire de la capital estaba «muy contaminado».
Después del récord alcanzado el 13 de enero, se trata de la cuarta vez desde el comienzo del invierno que la capital sufre este humo tóxico, mezcla de contaminación y una niebla muy densa.
Los problemas de contaminación chinos se atribuyen a la rápida urbanización del país y a su desarrollo económico.
Pero los expertos plantearon dudas sobre la voluntad y la capacidad de China para abordar el uso del automóvil y el carbón, que se consideran como causas fundamentales de este fenómeno.
El gobierno de China cada vez tiene más dificultades para ignorar la creciente movilización de sus ciudadanos contra esta situación, especialmente ante los habitantes con problemas respiratorios que acuden a los hospitales y los cientos de vuelos anulados o retrasados estas últimas semanas.