La religión ha librado batallas desde el inicio de la humanidad, y en ocasiones seguir una fe distinta a la mayoría ha sido motivo de críticas, discriminación o dudas de parte de las personas que piensan diferente.
El desayuno-foro del Diario EL IMPULSO con el pastor José Rea fue ocasión ideal para despejar las interrogantes sobre la religión, pero, más allá, fue el momento de adentrarnos en la vida de un hombre reconocido por su don de oratoria, que moldeó desde temprana edad.
“A los seis años mi tío Enrique nos llevaba a la iglesia evangélica, y allí fuimos formados, en lo que conocemos como escuela dominical”, recordó Rea, quien es hermano gemelo de Álvaro, psicólogo y pastor de la Iglesia Buenas Nuevas de la 48.
-¿Cómo se siente tener un hermano gemelo?, fue la pregunta obligada de quienes participaron en la tertulia.
“Fuimos muy traviesos, y todo lo hacíamos juntos, fue en la universidad donde nos separamos. Yo estudié publicidad y Álvaro psicología”.
Una de las anécdotas más graciosas que recordó fue en una ocasión cuando tuvo que hacerse pasar por su hermano en una clase de pintura artística.
“Yo me incliné a la música y Álvaro a la pintura. En el taller donde lo había inscrito mi mamá dos semanas después de la fecha de inicio, la instructora le dijo que aceptaba que ingresara pero no podía faltar el resto del curso. Al sábado siguiente se enfermó y tuve que asistir yo”, recordó con una sonrisa pícara.
A pesar de que su mamá le insistió en que sería una clase teórica, la realidad es que debía completar un cuadro que había comenzado su hermano la semana anterior.
“Debía hacer las sombras a las frutas de un bodegón, yo no tenía idea, además sabía que mi hermano se molestaría si le dañaba su cuadro. Al final tuve que hacerlo y cuando mi mamá me fue a buscar la profesora le dijo: hoy lo noté muy retraído”, confesó entre risas.
Con el ejemplo
Guardar el testimonio es una de los preceptos de los cristianos evangélicos, que significa predicar con el ejemplo, como explicó el pastor Rea; por eso, aunque estudió junto a su hermano Álvaro en la Unidad Educativa Ramón E. Gualdrón y luego en el Liceo Miguel José Sanz, no fueron “tirapiedras”.
“Fuimos dirigentes estudiantiles, y más bien eso sirvió para fomentar el diálogo, sobre todo con los transportistas, con quienes casi siempre había más problemas. Mientras nosotros estuvimos no se quemó ningún autobús”, recordó José Rea, quien agregó que cuando les decían que los habían visto en las marchas ellos explicaban el porqué de su participación.
Recuerda que el llamado divino para dedicarse a pastorear fue cuando tenía 14 años.
“Es sentir que tus habilidades y pasiones, sumado al reconocimiento de otros, te impulsan a seguir en una labor que haría por siempre aunque no me paguen por ello”, expresó.
En esa oportunidad, contó que su madre era católica nominal, y al escuchar la decisión de su hijo fue una decepción, porque veía a los cristianos evangélicos como de segunda categoría.
“Normalmente cuando alguien comienza a asistir a nuestras reuniones, el resto de las personas les preguntan: Pero, ¿qué hiciste?, porque sólo conciben que alguien muy pecador es quien se convierte”.
La familia
José Rea contó que a los tres días de haberse casado tuvo un accidente con su esposa, cuando viajaban a Cubiro: su vehículo cayó seis metros por un barranco.
Su esposa Yesenia Morillo salió expelida por el vidrio y quedó muy mal, con varias vértebras quebradas, y a pesar de los pronósticos médicos que decían que quedaría parapléjica, ella se recuperó de forma impresionante, una bendición que se la debe a Dios.
“Por ese accidente tuvo un problema en la hipófisis, por lo cual le dijeron que no podría tener hijos; sin embargo, seis años después tuvimos a nuestro primer hijo: Andrés (11 años); después vinieron Gianna (4 años); Naomí (2 años); y Amanda (5 meses)”.
En ese sentido recalcó que la familia es un vínculo sagrado establecido en la Biblia, y quien no puede ordenar su vida dentro de este núcleo, menos podrá hacerlo para guiar a otros.
El diezmo
Sobre la obligatoriedad de los fieles evangélicos a aportar el 10% de sus ingresos a la Iglesia, conocido como el diezmo, informó que este dinero es usado para la construcción de nuevos templos, como también para aportes a los más necesitados.
“Nosotros no tenemos un aporte del Estado, como siempre ha tenido la Iglesia católica en la mayoría de los países; por eso no había tenido la necesidad de que sus files la sostuvieran económicamente”, explicó.
Insistió en que el diezmo es tomado del contexto bíblico, y recordó los 10 mandamientos que reveló Dios a Moisés, donde se establece que este dinero sería para suplir las necesidades básicas de los sacerdotes.
“Es el mínimo que debo dar para que mi corazón no se llene de avaricia”.
Detalló que un 30% de los ingresos de su Iglesia son destinados a las donaciones efectuadas en las cárceles, al Hospital Antonio María Pineda y a las instituciones adscritas a Saina.
Ahora bien, sobre las diferencias entre las formas de llevar las iglesias evangélicas por los pastores, Rea señaló que cada persona tiene necesidades distintas, por eso acuden al lugar donde sienten que sus carencias son satisfechas.
“En mi caso trato de no usar repeticiones de frases como ’alabado sea el Señor’, entre otras, porque en ese momento pierdo la atención del oyente no cristiano, y mi idea es que el mensaje les llegue a todos”.
Recalcó que no hace falta creer para pertenecer, es decir, que para la Iglesia cristiana pueden asistir quienes lo deseen, sin necesidad de convertirse.
“Tiendo a ser lo que Barquisimeto es”
Nació en Barquisimeto, en el Hospital Central Universitario Antonio María Pineda.
“Tiendo a ser lo que Barquisimeto es, soy del Cardenales de Lara, amo a la ciudad y estoy dispuesto a morir en ella”, expresó sin ninguna duda.
Su ministerio en la ciudad es parte del arraigo que siente, sin embargo, ha participado como conferencista en varios estados de Venezuela, como también en el extranjero.
“Pertenezco a un grupo de oratoria y liderazgo de John Maxwell. Uno de sus proyectos fue levantar un millón de líderes en cada continente. Yo voy dos veces al año a Barcelona, España, un país que quise visitar porque tiene una población escéptica en el área religiosa, no son ateos, sino que piensan que en caso de que exista un Dios, éste no se preocupa por ellos”, explicó Rea.
Explicó que el objetivo es ser misionero, no conquistador, de allí que se interese por conocer al ser humano, por qué piensan de una forma determinada y hablarles en su mismo lenguaje.
“Así me he formado en la cultura catalana, voy al Barsa (equipo de fútbol), de manera que la palabra de esperanza que llevamos no esté fuera de su contexto y se traspasen las barreras”, señaló.
Mencionó que en los últimos 15 años, los cristianos evangélicos pasaron de ser el 1,2% de la población venezolana, a un 13% en la actualidad.
“El hecho de encontrar respuestas para los problemas matrimoniales, crianza de los hijos, efectividad para dejar las adicciones. ¿Por qué? Porque estas personas sienten ansiedad y el vicio es una anestesia para ellos, y mientras no busquen a Dios se quedarán estancados. Con la oración aliviarán sus cargas”, dijo Rea.
Buscar una guía divina
El pastor José Rea mencionó que para salir adelante como ciudadanos y venezolanos, lo primero debe ser reconocer que mediante una vida autodirigida, sin ningún tipo de guía, no se llegará lejos o el resultado no será beneficioso.
“Debemos buscar más a Dios y pedirle su guía, sabiduría para actuar, estoy seguro que esas oraciones serán escuchadas. Además, debemos sujetarnos los unos a los otros, respetar el orden de la sociedad: padres e hijos, maestros y alumnos; claro está, si alguna autoridad viola las normas debe ser denunciada”, explicó Rea.
Recalcó que está comprobado que las sociedades más prósperas y estables son las que tienen a Dios como su guía, y quienes lo tienen en el olvido van hacia una quiebra segura.
“Mi objetivo es llegar a todos con un lenguaje que entiendan, romper las barreras, enseñarles la vida de Jesucristo, para que la conozcan y la sigan”.
Twitter-Foro
El pastor José Rea contestó las preguntas que los usuarios enviaron a esta sección a través de nuestra cuenta en twitter @elimpulsocom, esto contestó:
@annaperoza_8 ¿Qué es lo primero que debemos hacer para mejorar la relación con Dios?
R: Los primero es reconocerlo como Señor sobre todas las cosas y reconocerlo como omnipresente, omnisciente, omnipotente, todo lo puede y todo lo sabe y entregarnos a él, hay mucho poder en esa entrega, esa entrega obra en el espíritu y el ser humano es diósico y socio-espiritual, entonces esa área es muy desatendida, trabajamos, compramos ropa, vamos a fiestas, estudiamos pero lo espiritual lo dejamos de último cuando es esencial, hay que reconocer que necesitamos guías
@javiercordero33 ¿Cuál es la fórmula contra tanta intolerancia que hay en la sociedad?
R: Creo que debemos usar la regla de oro: Trata a los demás primero como te gustaría que te trataran. Muchas veces los que luchan por la tolerancia son los más intolerantes, muchas veces aquellos que esgrimen la tolerancia, se convierten en los más intolerantes.
Fotos: Rinolfo Quintero